Tres departamentos del Caribe se unen en un triángulo de arte
Ayer se realizó una muestra de las tradiciones de Suan, Calamar y Cerro de San Antonio en el evento Vive la plaza del Museo del Caribe.
La cultura tomó vida la tarde de ayer en la Plaza Santo Domingo del Parque Cultural del Caribe. A través de danza, música, artesanía y gastronomía los municipios de Suan (Atlántico), Cerro de San Antonio (Magdalena) y Calamar (Bolívar) mostraron a los barranquilleros las tradiciones de sus pueblos; para así conformar un ‘triángulo artístico’ conectado por el río Magdalena.
La actividad se realizó en el marco del programa Triángulo de Oro el río Magdalena del Museo del Caribe, que tiene como propósito generar una ruta de turismo cultural para el desarrollo sostenible de los habitantes de estos tres municipios del Caribe, para de esa forma dar valor a su patrimonio material e inmaterial.
Y en la primera fase del programa se realizó esta muestra cultural y artística para evidenciar que lo que el río separa geográficamente, lo une en costumbres, desarrollo económico y saberes ancestrales.
“Nosotros recibimos la invitación del Museo del Caribe a integrarnos en este proyecto. Es una oportunidad para destacar lo que tienen en común estos tres municipios en torno a expresiones folclóricas y gastronomía. En nuestro caso, es la primera vez que Calamar llega con su cultura a Barranquilla y la experiencia ha sido muy gratificante”, dijo Jacir Eljach, asesor de comunicaciones de la Alcaldía de Calamar.
Pasos de baile
El cielo fue el techo de las exhibiciones de arte popular que comenzaron pasadas la una de la tarde. El color y el sabor era la escena de baile con identidad Caribe, con faldas moviéndose al ritmo del viento, velas en las manos y sombreros siguiéndolas; y otros movimientos más fuertes seguidos por el sonido universal del tambor.
El son de pajarito fue representado en grupos de los tres municipios. La danza típica es herencia propia de la zona alrededor del Canal del Dique y a sus ciénagas, portador de historias de más de 100 años. Pero también estuvieron en escena el mapalé, las marimondas, el son de negro y los bailadores de danzas y gaitas heredados de la comunidad Chimila. La música, por su parte, estuvo a cargo de la escuela de música municipal Héctor Narváez Tapias, bajo la modalidad de banda sinfónica.
Más sabor
De antesala a este espectáculo de danza y música estuvieron las mesas dispuestas con alimentos autóctonos que encantaron los paladares. Mazamorra y buñuelos de maíz verde, bollos de mazorca, de angelito, de limpio con queso, agua de maíz, arroz con leche, mazamorra de plátano, viudas de pescado y diversos fritos hicieron parte del menú.
Además, Cerro de San Antonio puso la cuota de postres con dulces de plátano pícaro, de lecha, de coco con leche, de batata, de yuca, de mango, de piña, de corozo y hasta de espagueti. “Nunca habíamos tenido este espacio para compartir nuestras tradiciones. Es muy grato que la gente pruebe nuestra sazón y conozca nuestros productos”, expresó Wilfram Rambal, habitante de este municipio del Magdalena.
Entre las mesas también hubo espacio para las artesanías: productos para el hogar y accesorios elaborados con materiales típicos como madera, totumo, cuero, estropajo y cepa de plátano. Muñecas, carteras, monederos, bandejas, cuadros y collares fueron algunos de los objetos que estuvieron a la venta.
Después de esta exitosa primera fase del programa, los municipios se preparan para el segundo paso. En el 2017 continúa una exposición y un conversatorio donde se mostrarán los elementos que culturalmente unen a los tres departamentos a través de la vida en torno al río.
