Si Barranquilla aspira a consolidarse como una ciudad puntera en desarrollo económico y social, tendrá que apostarle fuerte y sin dilaciones el emprendimiento.

El notable éxito de asistencia que se registró ayer en el primer Foro Pioneros de EL HERALDO, celebrado en Combarranquilla Country y dedicado al emprendimiento de alto nivel, refleja el interés creciente que existe en la ciudad sobre las posibilidades que tienen los ciudadanos de convertirse en empresarios y contribuir de ese modo al desarrollo de la sociedad.

No hace falta ser un lince para percibir que Barranquilla está viviendo uno de los momentos de mayor dinamismo económico en su historia reciente. Los ingresos del Distrito han aumentado considerablemente con respecto a épocas anteriores, y ello ha permitido adelantar importantes programas en materia de salud y educación públicas.

Sin embargo, algunos problemas persisten con obstinación, como la pobreza, la desigualdad o la tercerización del mercado laboral. El mayor reto al que se enfrentan las instituciones consiste en romper este esquema, y ello solo se conseguirá convirtiendo el actual empuje económico en un modelo estable y sostenible de crecimiento, de modo que la prosperidad acabe permeando a todas las capas de la sociedad, no solo a las élites.

Barranquilla cuenta con industriales y empresarios de primera línea, una actividad comercial intensa y una fuerza laboral que aporta también su cuota para que la máquina de la economía avance. Sin embargo, para que ese engranaje se adapte a las exigencias de los nuevos tiempos, requiere una cuarta pata: el emprendimiento. Esto es, que los ciudadanos, de cualquier edad o extracción social, desarrollen una disposición para detectar las necesidades de los mercados y crear empresas para suplir esas demandas.

El informe de 2012 del Global Entrepreneurship Monitor (GEM), quizá el estudio más prestigioso sobre el estado del emprendimiento en el mundo, revela que, entre nueve capitales colombianas, Barranquilla ocupa un nada honroso sexto lugar en el campo del emprendimiento.

Esto significa, obviamente, que hay por delante una gran tarea para que nuestra ciudad alcance los estándares de competitividad con los cuales resultará cada vez más difícil abrirse un hueco en un mundo globalizado.

En esa tarea colectiva deberán intervenir la academia, las organizaciones empresariales, los gremios económicos y las instituciones públicas. Tal como subrayó en el Foro el economista estadounidense David Audretsch, una de las máximas autoridades mundiales en el tema del emprendimiento, el papel de los gobiernos es fundamental para desarrollar este pilar económico.

Es muy probable que esta idea aflore de manera reiterada en los seis encuentros que se celebrarán en los próximos meses dentro del ciclo Foro Pioneros. El mensaje es nítido: urge una alianza público-privada para que Barranquilla entre con pie firme en la batalla del emprendimiento, donde se dirimirá en buena medida nuestro futuro.