Buen dato de desempleo, pero...
El Dane ha dado a conocer el dato de desempleo de julio. La cifra, del 9,3%, es sin duda positiva, pero encierra matices que hay que atender para mejorar el mercado laboral. Sobre todo la elevada precariedad e informalidad.
El Dane ha dado a conocer el dato de desempleo correspondiente a julio, y lo primero que hay que decir es que la cifra –9,3%– constituye en sí misma una buena noticia. Se trata del mejor comportamiento de un mes de julio en los últimos 14 años y es seis décimas porcentuales menor que el dato registrado en julio de 2013.
Sin embargo, no hay que abusar de los cantos triunfalistas. La cifra encierra muchos matices que deben analizarse con detenimiento si lo que se pretende es avanzar en la construcción de un mercado laboral más dinámico, equilibrado y justo, que beneficie al conjunto de la sociedad colombiana.
Cuando se estudian los números con atención, afloran situaciones que no invitan a mayores celebraciones. Por ejemplo, la informalidad laboral mantiene niveles más elevados que lo deseable; la población activa –es decir, la que se encuentra empleada o busca activamente empleo– es aún baja en comparación con países con mercados laborales más dinámicos, y buena parte de los empleos existentes son precarios o mal remunerados.
Insistimos una vez más en que el dato del desempleo es positivo. Pero lo que debe hacer el país en esta coyuntura excepcional de dinamismo económico es aprovechar las circunstancias para mejorar la calidad de su mundo del trabajo. Mejorar la calidad del empleo no es solo un objetivo de justicia, sino una condición inexorable para que la propia economía se consolide y se vuelva sostenible en el tiempo. Cuantos más empleos estables y correctamente remunerados haya, habrá más dinero disponible para el consumo, lo cual dinamizará la demanda y estimulará la producción. De eso saben bastante los países más desarrollados del mundo, que han basado su prosperidad en la construcción de unas sociedades más equilibradas y con un reparto de la riqueza más armonioso.
Dentro del concierto nacional, nos alegra constatar que Barranquilla sigue a la cabeza del bajo desempleo, si bien en esta ocasión ha sido superada por Bucaramanga. Con nuestra ciudad cabe decir exactamente lo mismo que con respecto al resto del país, en cuanto a los lunares que presentan los datos en materia de informalidad laboral, población inactiva y precariedad. En este terreno hay mucho por hacer y confiamos en que la acción concertada de las administraciones públicas y la empresa privada contribuya a introducir mejoras significativas en la calidad del mercado laboral.
Uno de los pilares de un mercado de trabajo robusto es la industria. Es en este sector donde tradicionalmente se han creado los empleos más estables. En este sentido, resulta perentorio el diseño de una política industrial seria, como lo viene reclamando la Andi.
Es responsabilidad de todos los actores influyentes en la economía aprovechar el momento de ebullición que vive Colombia para lograr un mercado laboral realmente sano, donde un 9,3% de desempleo sea un dato sin sombras.
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