El Heraldo
En el país hay incertidumbre sobre la situación de la economía después de firmarse un acuerdo de paz con las Farc, que demandará una reforma tributaría estructural. Archivo
Economía

La paz, un desafío financiero que enfrentará el país

La firma del acuerdo con las Farc exigirá al Gobierno nacional aumentar el gasto público, pero en la actualidad la Regla Fiscal es un obstáculo que limita las posibilidades.

Pese a las dificultades que hasta el momento ha afrontado la economía colombiana en 2016, entidades como Fedesarrollo estiman un crecimiento del PIB de 2,5%. Sin embargo, en lo que resta del año hay incertidumbre por la posible discusión de una reforma tributaria para el segundo semestre y lo que será la firma del acuerdo de paz; dos hechos que podrían atenuar el desempeño de la economía.

Las principales dudas sobre las perspectivas macroeconómicas del país están relacionadas con el financiamiento del posconflicto. Según el gobierno nacional, la paz y una exitosa implementación del posconflicto contribuirán al crecimiento de la economía en un 1,5% adicional a la tasa actual, lo cual ayudaría a superar las trampas de pobreza.

Pero el costo de un proceso de desarme, desmovilización y reintegración de unos 8000 insurgentes, de acuerdo con cifras del Alto Comisionado de Paz del Congreso, requerirá una inversión de 90 billones de pesos en la próxima década, es decir, cerca del 15% del PIB corriente actual del país. Incluso, para lograr los acuerdos el gobierno colombiano debe destinar este año unos 10 billones de pesos.

Aunque esta cifra es similar a lo que actualmente se invierte en atención humanitaria a víctimas, desplazados y restitución de tierras, la paz será un desafío financiero. Sobre todo porque las condiciones externas no están ayudando: los precios de los productos básicos que exporta el país han caído, el café (31,2%), el carbón (32,6%), níquel (43%) y oro (16,2%), lo cual ha contribuido a que el peso colombiano se haya devaluado en casi 60% durante el último año.

Así que con una reforma tributaria estructural se podrían efectuar cambios financieros para cumplir con los objetivos fiscales, mediante medidas de austeridad o nuevos medios de imposiciones. Para Jairo Parada, profesor del IEEC de Uninorte, “el panorama macroeconómico en el posconflicto debe ser de expansión fiscal sin perder la estabilidad en los precios, pero el marco institucional actual de la Regla Fiscal se convierte en un obstáculo para el gasto público”.

De acuerdo con el experto, bajo esta regla, el gobierno solo tiene permitido un déficit del 1,5% del PIB en el 2020, y el posconflicto exigirá expansión del gasto público, pues no será posible resolver solo con el redireccionamiento del presupuesto actual, el cual es muy inflexible y está comprometido de antemano. “La reforma tributaria ayudaría en algo, pero se tiene que ampliar el déficit por encima de la Regla fiscal”, comenta Parada.

Presiones inflacionarias. Otro punto clave del panorama del posconflicto tiene que ver con las presiones inflacionarias actuales del país. El aumento de la inflación en los últimos 12 meses fue de 7,59% y el registrado en febrero fue de 1,28%, según el Dane. El incremento anual de la inflación continúa sobrepasando el incremento del salario mínimo, y perjudicando al mismo tiempo el poder adquisitivo de los consumidores colombianos.

El Banco de la República ha venido incrementando la tasa de interés sin tener resultados hasta el momento. Según Jorge Quintero, profesor de Economía de Uninorte, dado que hay consenso en que los factores de demanda no han sido determinantes en la situación actual de inflación, los incrementos que se han registrado en la tasa de interés son inapropiados, o por lo menos, exagerados, y pueden en unos meses traducirse en una afectación significativa de la actividad productiva.

Indica que intervenciones en el mercado de divisas podrían haber sido medidas más convenientes, con el propósito de atenuar los fuertes incrementos en la tasa de cambio. En cuanto al escenario en el posconflicto, Quintero considera que es de esperar que un mayor gasto pueda generar presiones inflacionarias.

“No todo el gasto adicional se hará de manera inmediata, razón por la cual no necesariamente deberá sentirse un fuerte e inmediato efecto en los precios. Adicionalmente, estos efectos van a depender de la capacidad del aparato productivo local de adaptarse rápidamente a la nueva demanda”, explica el profesor Quintero.

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