Hacia un Caribe sofisticado y diversificado

Ahora, cuando el país se alista para mostrarle al mundo cómo se ha preparado para alcanzar su proyecto más ambicioso de lograr un país en paz, la Región Caribe quiere hacer visible la manera en que se ha transformado en los últimos años, para convertirse en uno de los polos de desarrollo de Colombia.

Hace unos días, durante el lanzamiento de la estrategia ‘Caribe Mundial’, expusimos la visión que debe tener este territorio para llegar con más vigor a los mercados externos. Eso implica cambiarnos el chip y ver cómo, de manera integral, le apostamos a más competitividad con bienes de mayor grado de elaboración, que lleguen a mercados en los que aún no hemos aterrizado y con la calidad que ellos exigen.

Sin duda el Caribe es clave para alcanzar este objetivo. Por eso, los empresarios de este territorio tienen el reto de insertarse en las cadenas globales de valor. Para ese propósito deben tener claro que si bien es una apuesta, también es una gran oportunidad la que se abre de llegar con una canasta exportable más sofisticada, pero que igual exige mejorar los estándares de calidad y de innovación.

Es evidente que sí podemos ingresar a esos países tan exigentes y sofisticados y así nos lo dejan ver las cifras. Por ejemplo, entre 2010 y 2015 las exportaciones no minero energéticas de la región aumentaron 24,8%, con un total de USD19.689 millones, monto que está por encima del promedio nacional en este periodo y que fue de 9,2%.

Dicho desempeño nos ratifica que el Caribe es por excelencia el puerto de Colombia ante el mundo y en eso los empresarios han hecho un gran aporte. Sin embargo, ahora tienen el reto de involucrar en sus procesos un mayor grado de sofisticación. Ahí estamos nosotros para ayudarles con todo nuestra diversidad de servicios institucionales. Si sabemos hacer buen uso de ellos, eso se traduce en más ventas externas, mayor diversificación de países que nos compran, llegada de más capital foráneo, esfuerzos en innovación, aumento en el empleo calificado y, por ende, un PIB creciendo a tasas más elevadas.

Aunque la región tradicionalmente ha sufrido de forma directa el conflicto armado, hoy su situación está cambiando y los beneficios de la paz ya se respiran en el ambiente empresarial. Es el momento de dar el siguiente paso.

De ahí la importancia de seguir fortaleciendo las empresas y de avanzar hacia un concepto más global y especializado. En esa tarea debemos fortalecer el trabajo entre Gobierno y sector privado. Unidos podremos cumplir la meta de que Colombia se convierta en un referente comercial en el continente americano y también en el mundo.

Las empresas de los 8 departamentos que conforman el Caribe colombiano, al igual que el resto del país, deben apostar al aumento de su productividad. Nuestra meta es hacerlo en un 15%. Estamos seguros que el trabajar juntos nos puede llevar a que ese porcentaje sea mayor.

Por eso invito a ese gran tejido empresarial del Caribe a que hagamos sinergias para avanzar hacia una Colombia Moderna. Estamos en la tarea de fortalecer nuestro sistema de servicios institucionales.

Queremos que sean más dinámicos a través de la internacionalización que promueve ProColombia, del financiamiento que otorga Bancóldex, del fomento de la innovación por la que trabaja iNNpulsa Colombia y de avanzar hacia la productividad de la mano del Programa de Transformación Productiva para lograr sectores de talla mundial.

También queremos que las empresas caribeñas dinamicen su comercio interno con el respaldo de Propaís, apoyen a sus artesanos con Artesanías de Colombia y avancen hacia un turismo de talla mundial con el respaldo de Fontur.

Desde el Gobierno nacional apostamos por el desarrollo de la Región Caribe. La paz es buen negocio y por eso debemos decir “sí a la paz”.