El Heraldo
En la Costa Caribe está el 90% de la producción de carbón de Colombia.
Economía

El carbón, una industria que se niega a desfallecer

Se plantea una transformación del sector para que sea más competitivo y pueda hacer frente a la crisis por la caída de precios.

Seriamente amenazada por una racha de bajos precios y cambios en la demanda internacional, la industria del carbón no pasa por su mejor momento.  Sin embargo, esta crisis no significa que ha llegado el fin, pues lo que plantea son una serie de desafíos que permitirán seguir aprovechando la explotación de este mineral con un concepto integral.

La transformación que requiere el sector en Colombia, uno de los más importantes para la economía nacional y regional, no solo está en manos de las empresas, también de los gobiernos nacionales, regionales y locales y las comunidades.

Juan Camilo Nariño, presidente de la Asociación Colombiana de Minería (ACM), asegura que de acuerdo con el Instituto de Energía del Mundo, el carbón representará para el 2040, el 25% de la matriz energética del planeta. “En ese escenario, Colombia tiene una gran oportunidad para repensar la industria del carbón, ser más competitivos y así poder llegar a los nuevos mercado que demandan del mineral colombiano, que entre otras cosas es de muy buena calidad”, afirma.

La presidente de Cerrejón, Claudia Bejarano, coincide y señala que Colombia tiene carbón para muchos años y, como dicen los expertos, el mundo va a necesitar carbón durante muchos años. “Depende del país decidir qué quiere hacer con esa riqueza. Yo estoy convencida de que, si todos trabajamos en la misma dirección y somos capaces de transformarnos, este sector seguirá aportando billones de pesos a la economía regional y nacional”, asevera.

Ante la actual situación, Bejarano dice que no es momento de hablar de decaimiento, “debemos hablar de transformación y de nuestra capacidad de adaptarnos a una realidad que nos ha cambiado pero que nos sigue dando grandes oportunidades para llevar el carbón colombiano a todo el mundo”.

De acuerdo con la compañía Drummond, el principal reto para el 2021 es el ciclo prolongado de precios bajos en el mercado internacional del carbón, y por eso es imperativo que, trabajando con el Gobierno se tomen decisiones oportunas y se mantenga un buen nivel de competitividad para el sector.

Drummond, compañía con operación minera en las minas a cielo abierto Pribbenow y El Descanso en la cuenca de carbón del Cesar, genera más de $1,2 billones anuales en regalías e impuestos, y cerca de 10 mil empleos directos en el país.

A su vez, el presidente de la Agencia Nacional de Minería (ANM), Juan Miguel Durán, plantea que los tiempos dorados del carbón térmico como fuente de riqueza son cada vez más limitados y muy retadores en el presente.

“Las tendencias globales nos llevan a transitar hacia energías más limpias, este proceso llevará tiempo, y mientras tanto debemos seguir aprovechando la explotación de este mineral a través de un concepto integral: gestión social en su ADN, rentable y competitiva; ambientalmente sostenible y tecnológicamente sustentable”, agrega.

Las imágenes muestran aspectos de las operaciones mineras que tienen las compañías Drummond y Cerrejón en la Costa Caribe.

Nuevos mercados

La demanda del carbón ha cambiado su destino y lo seguirá haciendo concentrándose en Asia, un mercado más lejano y competido con fletes más costosos y donde están tres de los principales exportadores mundiales del mineral, lo que obliga a la industria nacional a aumentar su competitividad.

En línea con esta tendencia, Drummond dice que en los últimos años ha fortalecido su presencia en Asia, a donde llega el 58% de sus exportaciones, en países como Turquía y Corea del Sur.

“Europa, nuestro mercado natural, ya no es nuestro principal cliente y debemos ajustarnos a esa realidad para ser capaces de ser competitivos en regiones más alejadas”, reconoce la presidente de Cerrejón.

Para la empresaria, es  necesario que el país decida qué quiere hacer con el carbón y si va a ayudar al sector a llegar a esos mercados más alejados. “Necesitamos una mayor estabilidad institucional y jurídica”, añade.

“No es posible que la operación férrea de la compañía estuviera bloqueada en 2020, en más de 32 días acumulados. En 2021, en menos de dos meses, ya hemos tenido bloqueada la vía del tren durante 12 días por una sola protesta que nada tenía que ver con nosotros. Eso afecta la reputación y credibilidad de la compañía y Colombia como proveedor confiable de carbón para el mundo”, señala.

Las medidas

Juan Camilo Nariño señala que es necesario repensar la industria minera colombiana a la luz de la dimensión e impacto de los proyectos mineros que generan valor para la economía.

Es clave generar un relacionamiento institucional más eficiente con las autoridades mineras, ambientales y sociales, sobre premisas de claridad y seguridad jurídica que permitan a las compañías tomar mejores decisiones sobre sus inversiones en beneficio del país.

El gremio considera que con el Gobierno y las compañías mineras se puede diseñar una política diferencial para dar mayor competitividad al carbón colombiano en un mercado cambiante.

Esta política deberá impulsar la promoción por parte del Gobierno nacional del carbón colombiano en los mercados internacionales; la estabilidad jurídica de las operaciones y la agilización de decisiones y trámites que se requieren para implementar los planes mineros de manera competitiva.

La ACM plantea que se actualicen los índices sobre los que se calculan las regalías, de acuerdo con la nueva realidad del mercado de exportación del país que es el asiático; la revisión de la estructura tributaria del sector, en especial ciertos impuestos que son altos y que solo se pagan en el país, entre otros puntos.

Más de $25 billones en regalías e impuestos

Cifras de Drummond indican que la Costa Caribe representa el 90% de la producción de carbón en Colombia, mineral que aporta un 1% del PIB nacional y que hasta el año pasado era segundo rubro de exportación del país.

La ACM señala que en la última década, el carbón ha aportado al país cerca de $25 billones en renta, regalías y otros impuestos. Todo ello sin contar las contribuciones en materia social y ambiental y de empleo para la Región Caribe y Colombia.

La Agencia Nacional de Minería espera que la producción de Drummond y Cerrejón estén acordes a las proyecciones (55 millones de toneladas en el año) y que la producción del interior del país se pueda mantener especialmente la de carbón metalúrgico para estar cercanos a 61 millones de toneladas en el año, lo que representaría unas 10 millones de toneladas más que la producción del 2020 (49,8 Mtn).

Las afectaciones por la salida de Prodeco del país

El presidente de la Agencia Nacional de Minería (ANM), Juan Miguel Durán, explicó que tras la decisión de Prodeco, compañía que produjo en 2019 cerca de 15,5 millones de toneladas de carbón, de realizar la devolución de los títulos mineros que tiene en Colombia y de los ajustes en Cerrejón, las afectaciones fiscales en términos de recaudo de regalías e impuestos son significativas. “El hecho de resignar la producción de Prodeco en condiciones normales significa cerca de medio billón de pesos anuales, las divisas por exportaciones también se ven afectadas y obviamente el empleo especialmente el regional, teniendo en cuenta que es formal y bien pago”, afirmó el funcionario.

Reiteró que es en este punto en donde se debe trabajar y volver el carbón más competitivo.

También están las nuevas apuestas que representan grandes oportunidades para Colombia. “Por ejemplo, acabamos de lanzar cuatro áreas estratégicas muy importantes para los departamentos del Cesar y La Guajira con un alto potencial para minerales de cobre a través de la nueva figura de Ronda Minera, lo cual traerá mayores inversiones en lo social, empleo y dinamismo económico”, señaló.

La presidente de Cerrejón, Claudia Bejarano, manifestó que la compañía ha tenido que ajustar su estructura de personal, “pero ya llevábamos varios meses ejecutando medidas que ya nos han empezado a ayudar a mejorar nuestra competitividad. Han sido decisiones esenciales y más relevantes, muy internas y que pasan desapercibidas para la opinión pública, pero que resultan fundamentales para adaptarnos a la situación que vivimos y que ayudan a la sostenibilidad de una empresa que genera miles de empleos formales”.

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