Unión, el club nómada de Colombia
El cuadro samario jugará en 2017 en Magangué, Bolívar. Ya jugó en Cartagena, El Carmen de Bolívar, Riohacha, Ciénaga y en su casa habitual, Santa Marta.
Una vez más el Unión Magdalena se va de su departamento para encarar el campeonato oficial del fútbol profesional colombiano. El primer cambio de sede realizado por el conjunto bananero se registró en 1991. El máximo accionista, Eduardo Dávila, se llevó al equipo para Cartagena. En aquella época, los heroicos arroparon al 'Ciclón' en el estadio Pedro de Heredia, que hoy, renovado, lleva el nombre de Jaime Morón.
Durante dos años, los cartageneros respaldaron al equipo azulgrana, que en su momento fue nombrado Unión Magdalena - Lotería de Bolívar, recibiendo el apoyo también del alcalde de ese período, Nicolás Cure, y del Concejo, liderado por Rodrigo Barraza.
“El Ciclón estaba en la primera categoría del balompié colombiano, pero las pretensiones de Eduardo Dávila siempre han sido ajenas al deporte, por eso se lo llevó para Cartagena”, expresó Jorge Peñaloza, un hincha, de 67 años, que ha visto como alejan cada día al equipo de sus amores de su terruño.
Para 1993, la divisa azulgrana retornó al estadio Eduardo Santos. A pesar de la ausencia por dos temporadas, la afición samaria se volcó nuevamente al máximo escenario deportivo de Santa Marta para arropar al equipo.
El 3 de marzo de 2013, Unión Magdalena jugó su último partido en Santa Marta contra Llaneros FC, luego de que se ordenara cerrar definitivamente el Eduardo Santos debido a sus precarias condiciones, ya que no garantizaban la seguridad de los asistentes.
Luego de 20 años, la escuadra bananera volvía a salir de casa. Se fue para el estadio Federico Serrano Soto de Riohacha, donde, con bombos y platillos, los guajiros le dieron la bienvenida al club, convirtiéndose en todo un acontecimiento los encuentros por el torneo de la segunda división del fútbol profesional colombiano.
Ese mismo año, el onceno bananero logró disputar la final de la ‘B’ ante Uniautónoma F.C., lo que encendió más la pasión por el equipo, ya que veían cerca su retorno a la Primera.
Ganó 2-1, en el juego de ida disputado en suelo guajiro, pero en el choque de vuelta, en el estadio Metropolitano Roberto Meléndez, perdió por el mismo marcador, lo que obligó la definición desde el punto penal, donde los universitarios fueron más efectivos para ahogar las aspiraciones de los unionistas.
En 2014, los arreglos institucionales por parte de los directivos del ‘Ciclón’, con los gobiernos de las ciudades donde toma como sede, no lograron llegar a buenos términos, razón por la cual, emigró al estadio Julia Turbay Samur, del Carmen de Bolívar.
En su periplo por suelo bolivarense, lo que hacían era jugar los partidos oficiales allá pero entrenaban en Santa Marta, lo que generó un desgaste para el cuerpo técnico y jugadores, quienes parecían visitantes cuando afrontaban los juegos en el Carmen.
Retornó
La llegada a la Alcaldía de Ciénaga de Luis ‘Tete’ Samper, declarado hincha furibundo del Unión, y quien empezó a acompañar al equipo en el Carmen de Bolívar, gestionó el retorno al departamento. Samper puso en marcha el arreglo del estadio Municipal de Ciénaga y para el segundo semestre de 2014 se trajo al equipo de sus entrañas para la segunda ciudad más importante del Magdalena. Allí los bananeros jugaron hasta el final de 2015.
Para el presente año, llegó a la administración del municipio, Edgardo Pérez, quien le exigió inversión social (creación de una escuela de fútbol para 60 niños del sector) a los directivos del Unión Magdalena para seguir jugando en el estadio. Petición que no aceptaron y volvieron a solicitar permiso a la Alcaldía de Riohacha para jugar nuevamente en el estadio Federico Serrano Soto. La primera parte del Torneo Águila la efectuaron en territorio guajiro y para la segunda fase intervinieron varios líderes del Magdalena para que cedieran y pudieran jugar otra vez en Ciénaga, donde terminaron paupérrimamente el campeonato, quedando en los últimos lugares.
El máximo accionista, Eduardo Dávila, volvió a aparecer y le cedió el club a Luis Eduardo Méndez, tema que sirvió para apaciguar la lluvia de críticas por la eliminación y por el acomodo que tienen al estar en la Primera B, donde reciben los ingresos anualmente por parte de la Dimayor como equipo de la 'A', por ser socio fundador de la misma.
Méndez, en rueda de prensa, prometió y el primer paso que dio fue nombrar a un técnico argentino Gustavo Alberto Onaindia, sin experiencia ni conocimiento del fútbol colombiano.
En la proyección que viene ejecutando Luis Eduardo Méndez para 2017 con la divisa azulgrana, se le preguntó en varias oportunidades al alcalde de Ciénaga, Edgardo Pérez, por los arreglos del estadio con miras a los Juegos Bolivarianos del próximo año. “Siempre le he dicho que se harán algunos trabajos, pero que no incidirá con la realización de los encuentros”, sostuvo el mandatario
El jueves (10 de noviembre), en el inicio de la construcción de los escenarios en Barranquilla para los Juegos Centroamericanos y del Caribe de 2018, Méndez oficializó, con el gobernador de Bolívar, Dumek Turbay, la llegada del Unión al estadio Diego de Carvajal de Magangué.
"Se van por que quieren, aquí no se les cerró las puertas del Municipal, por el contrario, accedimos a varias de sus peticiones", puntualizó Edgardo Pérez.
La noticia de que el Unión Magdalena vuelve a emigrar del departamento cayó como 'baldado de agua fría' a los simpatizantes del equipo, quienes consideran esto una burla. “Definitivamente no piensan en la hinchada, tienen al equipo de negocio”, manifestó Carlos Campo, otro seguidor del Ciclón.
De esta manera, Unión Magdalena se convierte en el club nómada del fútbol profesional colombiano.