La bicicrosista colombiana Mariana Pajón mostró una vez más su humildad y amabilidad.s

En la pista Mariana Pajón alcanza una velocidad de 55 kilómetros por hora, pero en su vida va más rápido “que un carro de la Fórmula Uno”, como ella lo afirma. EL HERALDO pasó un día al lado de la Reina del BMX en su natal Medellín, en la pista de bicicross que la vio nacer para este deporte, en el barrio Belén.

Sin soltar su bicicleta, rodeada de pequeñines pidiéndole autógrafos y fotos, atendiendo a periodistas de todo el mundo y compitiendo en el Mariana’s Playground organizado por Red Bull, la mujer orgullo de los paisas siempre fue amable y tuvo una sonrisa para todos, lo que demuestra la fortaleza mental y humildad de la que está hecha y de la que justamente carecen muchos deportistas en Colombia.

Sin creerse una vedette, Mariana toma su bicicleta, la monta en hombros y, como cualquier competidor, sube la escalera y espera su turno. No importan sus 14 campeonatos mundiales, 10 panamericanos, 9 latinoamericanos, una medalla dorada olímpica y muchos premios más. Nada de eso importa, ni siquiera ser el centro del evento. Mariana quiere más, tiene hambre de más, quiere pasar a la historia, llegar a anciana con el cuerpo adolorido de tanto “tortazo” y contarle a sus nietos desde una mecedora “que siendo colombiano se puede conquistar el mundo y ser el mejor”.

A continuación una entrevista exclusiva para EL HERALDO con una bella Mariana, que de fortaleza mental dicta cátedra desde la cima del éxito.

¿Qué ha cambiado en Mariana Pajón después de haber ganado la medalla de oro en Londres?
Sigo siendo la misma Mariana antes y después de la medalla. Sigo comportándome igual, sin creerme más que nadie, simplemente le di una alegría a Colombia, pero quiero seguir dejándole un legado que no sea la celebración de un solo día. Lo que sí ha cambiado es que hoy tengo más compromisos, responsabilidades y una agenda llena.

¿Cómo no bajar la guardia ante tantos éxitos?
Lo fundamental es no creerse más que nadie, gané una medalla de oro, que era mi sueño, pero ahora viene uno más grande que es mantenerme. Por eso sigo entrenando duro y tratando igual a la gente.

¿Cómo fortalecer la mente del deportista colombiano para que el éxito no termine acabando prematuramente con sus carreras?
En mi caso personal yo tengo un entrenador mental. La institución se llama Escuela de Campeones. Ahí no solo me preparo para cada competencia sino también para llevar la vida lo mejor posible.

Hace poco, otra mujer que ganó medalla de oro, María Isabel Urrutia, le dijo a este medio que el deporte de alto rendimiento atenta contra la salud del deportista porque excede sus límites. ¿Qué opinión tiene sobre este concepto?
Los deportistas de alto rendimiento muchas veces no pensamos en la salud cuando competimos, y es cierto que a veces se atenta contra ella, entonces hay que ser muy responsable con las ayudas que hoy ofrece la medicina para mantenerse bien. Definitivamente es duro para el cuerpo, pero si lo disfrutas eso pasa de lado.

55 kilómetros es la máxima velocidad que alcanza en la pista. ¿A cuánta velocidad va su vida con tantos compromisos?
En la pista voy a 55, afuera voy más rápido que un carro de Fórmula Uno. Ahora tengo muchísimos eventos, es un corre corre increíble, no me bajo de un avión, pero con todo eso disfruto mucho lo que ahora estoy haciendo.

¿Qué importancia tienen eventos como el de hoy (pasado domingo 7 de abril)?
Este evento es muy especial para mí, estoy corriendo en la pista donde aprendí a montar en bicicleta a los 4 años, en la que corrí por primera vez y en la que me preparé para cumplir un sueño que fue ganar en los Juegos Olímpicos. Estar con mi familia, con mis amigos, eso es importantísimo, y también demuestra la importancia que toma cada día el bicicross para los colombianos.

¿Hay miedo después de cada caída?
El bicicross es un deporte de contacto y siempre hay caídas. Este año me di un golpe duro, pero a los tres días ya me estaba moviendo y a la semana siguiente gané. Personalmente, cuando me caigo, no sé por qué, pero me levanto más fuerte. Esto hace parte de mi profesión y lo entiendo como tal. Simplemente me levanto y no veo la hora para volver.

¿Cuál ha sido el ‘tortazo’ más fuerte que se ha dado?
Me he caído mucho, me he golpeado la cabeza, sufrí una parálisis facial, fracturas múltiples en la muñeca izquierda con dos cirugías, entre otras.

¿A qué le teme?
No le temo a nada, simplemente disfruto lo que hago y no pienso nada en negativo, todo lo asumo con positivismo, lo que pasó tenía que pasar y me gozo el presente.

¿Siente presión ante los nuevos retos?
Yo vivo día tras día y sobre todo disfruto de lo que hago, siempre que participo en una competencia salgo a dar lo mejor y para eso me preparo. Sobre la presión, creo que no volveré a tener más de la que viví en las olimpiadas.

¿Colombia puede esperar otra medalla de oro con Mariana Pajón?
La que tiene que esperarla soy yo, no Colombia. El país me apoya para lograrlo, pero para eso falta mucho, es en el 2016, y cuando llegue el momento pasará lo que tenga que pasar.

¿Cómo se imagina cuando llegue la vejez?
Con dolor en todo el cuerpo, acompañada de mi familia, con hijos, nietos, muy unida a ellos. Transmitiendo el legado de que siendo colombiano se puede ser el mejor. Hasta que pueda seguiré apoyando a los futuros campeones, como hoy en este evento.

Un mensaje para Barranquilla, que acaba de cumplir 200 años…
A Barranquilla, feliz cumpleaños, feliz 200 años. Es una ciudad increíble, he visto todos los homenajes que le han hecho, ojalá nunca pierda su alegría.

Por Alejandro Rosales
Twitter: @AlejoRosalesM

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