Pretoria. El atleta Óscar Pistorius fue condenado ayer a una pena de cinco años de prisión como culpable de un delito de homicidio por matar a tiros a su novia, la modelo Reeva Steenkamp, sentencia que pone punto y final a un juicio que ha durado más de siete meses.
Por primera vez desde que obtuviera la libertad bajo fianza en febrero del año pasado, días después del crimen, el célebre deportista no salió del tribunal escoltado por su familia.
Esta vez fue un policía quien le acompañó, y su destino no fue la calle, sino los calabozos del Tribunal Superior de Pretoria. La sentencia, leída en audiencia pública por la jueza del caso, Thokozile Masipa, estima que Pistorius obró con un “alto grado de negligencia” cuando abrió fuego a través de la puerta cerrada del baño contra Steenkamp, a la que según su versión, aceptada por el tribunal, había confundido con un intruso.
“Disparó una y no cuatro veces”, recordó la jueza, al mencionar los parámetros para medir el grado de negligencia del homicidio, entre los que también citó las reducidas dimensiones del retrete, un cubículo “del que no había escapatoria” para la víctima. Efe