Marlon y Yéiner comparten el sueño de volverse futbolistas

Marlon Molina y Yéiner Villafañe son ‘llaves’ gracias al fútbol. Antes de llegar a la categoría 2002 del Club Deportivo On Sports, jugaron en el equipo Bocas de Ceniza. Viven en el barrio San Roque y cuando alguno no tiene para los pasajes o carecen de guayos, el otro salva la papeleta, aunque últimamente es la abuela de Yéiner, doña Edith, quien ha aportado más a la carrera deportiva de Marlon.

“Cuando no tengo plata siempre me vengo con ella y me colabora. Nos conocemos desde que jugaba con su nieto en Bocas de Ceniza y con él hasta nos prestamos los guayos para jugar”, expresa Marlon, quien se desempeña como defensa central y dice tener la gallardía del ya retirado zaguero español Carles Puyol.

Yéiner, por su parte, asume el papel de ataque por la banda izquierda, aunque cuando el equipo necesita alguien debajo de los tres palos, ahí está el estudiante de séptimo grado del Colegio San José (en la 21).

“A mí me gusta mucho atacar, pero cuando no hay nadie que quiera coger el arco, porque es muy complicado, yo tomo el lugar y lo hago para ayudar al equipo”.

Edith, abuelita de Yéiner, ha sido parte fundamental del jugador de 14 años porque lo ha criado desde que apenas daba sus primeros pasos. Ella lo aconseja tanto en el fútbol como en su vida lejos del balón.

“Es como mi mamá porque me ha criado desde pequeño. Siempre me dice que siga hacia adelante, que haga caso en la cancha, pero que sobre todo gane el año”, expresa el lateral que siente admiración por el juego del Deportes Tolima, pero si le toca elegir a algún club internacional se inclina por el fútbol del “Real Madrid y  del Barcelona”.

Yéiner y Marlon, como muchos jóvenes que abundan en las canchas de arena de Barranquilla, esperan llegar a profesionales, ojalá en el mismo equipo para seguir siendo como hermanos.