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Hace 17 años Jimmy García dejó todo en el ring

Los tres participantes de esta crónica coincidieron en algo: lo de Jimmy García fue un accidente, nadie se prepara para morir y nadie está exento de abandonar este mundo, mucho menos los boxeadores, que en cada pelea se juegan la vida, a cambio de fama, dinero y reconocimiento deportivo.Fue lo que le pasó al siempre recordado Jimmy García, púgil barranquillero de 23 años, que en su búsqueda por triunfar en este deporte, dejó todo sobre el ring, hasta la vida. El 6 de mayo de 1995 es una fecha que para muchos no dirá nada, pero para los que conocieron y vieron a este valiente hombre siempre quedará grabada en su memoria. Ese día, Jimmy sufrió un fuerte castigo del mexicano Gabriel Ruelas, quien en ese momento ostentaba el título superpluma del Consejo Mundial de Boxeo. El manito se llevó el triunfo en el undécimo asalto por nocaut técnico. En ese pleito, el peleador oriundo del barrio Montes no ganó ni un asalto, pero le cumplió la promesa a su padre, Manuel García Guzmán, de “hacer todo lo posible por conseguir la victoria”.Para el viejo Mañe, como es conocido el padre de Jimmy en el barrio San José, en donde tiene ubicado su taller de fabricación de rejas metálicas, lo de Jimmy fue un accidente y tenía que pasar, por los designios de Dios. “Ese día no pude estar en la esquina, porque solo estaban permitidos tres acompañantes, a mi me tocó verla a un costado del ring”, dice.“De las 28 peleas profesionales que tuvo Jimmy esa fue en la única que no pude acompañarlo en la esquina. Antes de que él se subiera al ring me dijo: Tranquilo Mañe, vamos a ganar, aunque yo no sea favorito voy hacer hasta lo imposible para conseguir el triunfo”, agrega Manuel, quien a estas alturas del relato tiene los ojos brillantes, pero apenas se alcanza a notar, debido a que usa unas gafas para que no vean la expresión que coloca cuando habla de su Jimmy.“Cuando se acabó la pelea yo vi que él (Jimmy) caminó lentamente hacia su esquina, ahí Pachín (hermano de Jimmy y su entrenador en aquella época) le echó agua, entonces dijo algo y se desplomó, luego de eso no recuperó más nunca el conocimiento”, dice Manuel, recordando como él mismo le hablaba a su hijo mientras este estaba conectado a una maraña de aparatos que lo mantuvieron con vida por 19 días, pero en estado de inconciencia total. “Las únicas señales de vida que él me daba era cuando yo le apretaba la mano y yo sentía que Jimmy me la apretaba bien”, agrega el popular Mañe.Más que su hermano. Manuel Pachín García, quien estuvo como entrenador en la esquina de Jimmy el día de la pelea, tiene claro que fue un accidente, que él preparó a su hermano a conciencia y que nunca pensó en detener la pelea. “Se trabajó bastante, yo fui confiado en que él iba bien preparado, yo no preparé a mi muchacho para detener la pelea, además, el único autorizado para eso es el árbitro o el médico”, agrega Pachín mientras habla con nosotros desde su taller de fabricación de rejas metálicas. “El médico lo revisó dos o tres veces y siempre dijo que estaba bien, que podía seguir la pelea. Ya en el undécimo asalto el árbitro vio que Jimmy no tenía ni guardia de lo golpeado que estaba, entonces se detuvo el combate. ‘Él caminó hacia la esquina y me dijo: “me duele la cabeza”, luego cerró los ojos como si estuviera dormido y así hasta que a los pocos segundos se desplomó”, cuenta Pachín evocando el momento más difícil de su vida.Su hermano cuenta que Jimmy se descuidó un poco en su preparación, ya que el dinero lo descontroló y tal vez por su simpatía natural, empezó a conquistar lindas mujeres, que lo admiraban como persona y como deportista. “Uno cuida sus boxeadores y está pendiente, pero luego que termina el entrenamiento uno no sabe qué hacen ellos”.Julio Torres Roca, presidente de la Federación Colombiana de Boxeo, fue uno de los mejores amigos de Jimmy, aparte de ser su manejador y el padrino de su hija, Lizeth. El dirigente deportivo también recuerda con mucha nostalgia y sincera tristeza el trágico accidente, que fue tal el impacto que causó en él que se retiró por dos años del deporte de las narices chatas.“Fue un accidente, ni yo ni nadie se lo esperaba. Yo he visto combates más dramáticos y nada ha pasado. En primera instancia nos dijeron que se había deshidratado, ya que el tuvo que bajar mucho para dar el peso, ya más tarde nos enteramos que tenía un tumor en el cerebro y lo tenían que operar”, cuenta Torres Roca.“ Fueron días muy duros para todos, ver a un amigo en ese estado es doloroso y a nadie le deseo eso. Seguido al fallecimiento, duré dos años retirado del boxeo y pensé en no volver a hacer parte de este deporte”, agrega Torres, quien recuerda a Jimmy como un muchacho muy inteligente, que se salía del común de algunos boxeadores. “A él le gustaba mucho la lectura, el cine, estaba estudiando inglés, hablaba con todo el mundo, era un buen muchacho, lástima lo que le pasó”, finaliza.Es paradójico que en Colombia hay muchos campeones y boxeadores, que están vivos y son poco conocidos, pero en el caso de Jimmy, que nos dejó hace 17 años es muy grato preguntarle a cualquier anciano, adulto o niño del común, que si se acuerda de quien fue ese púgil barranquillero, y uno se da cuenta que sigue vivo en el corazón y en la mente de muchas personas.Por Efraín Cuadrado

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