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Raúl Hirales se prepara para enfrentar mañana al pugilista cartagenero Luis ‘Surtigás’ Meléndez, en el coliseo Elías Chegwin. Christian Mercado
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El nocaut que Raúl Hirales quiere mandar al olvido

El 19 de octubre de 2013 el boxeador mexicano le propinó fuertes golpes a su compatriota Francisco Leal, que sufrió derrame cerebral y tres días después del pleito falleció.

Es imposible que la voz no se le entrecorte cuando recuerda aquel 19 de octubre de 2013. Esa noche Raúl Hirales levantó los brazos dentro del cuadrilátero más por decoro, que por emoción. Había ganado el combate, pero sus golpes dejaron en estado grave a Francisco Leal, quien sufrió muerte cerebral y a los tres días de estar internado en un hospital falleció.

Hirales pensó en colgar los guantes y no volver a subir a un ring de boxeo. Cómo ver a Leal como su rival, si juntos habían estado en la selección nacional de México e hicieron el ciclo para llegar a los Juegos Olímpicos de Atenas 2004.  Pero el destino del boxeo quiso que juntos se retaran en el ring. Leal, quien en 2012 había terminado internado en un hospital también producto de los golpes de otro pugilista, esta vez no aguantó y se desplomó.

“Es algo muy difícil y uno se prepara a conciencia y se sube al ring haciendo lo que le gusta y nunca imaginas que algo así pueda pasar. Después del combate el temor más grande era por mi familia, ellos se asustaron bastante y te das cuenta que algo así puede llegar a pasarte también”.

La muerte de su amigo lo dejó consternado. Hace un esfuerzo para que las lágrimas no aparezcan cuando se refiere al duro episodio. Tiene un nudo en la garganta que desenreda cuando expresa el apoyo que le ha dado su familia. Reconoce que tiene temor, no quiere que sus golpes vuelvan a dejar sin vida a otro pugilista.

“Te vuelves a subir al cuadrilátero y no tienes la misma confianza de tirar los golpes fuertes o no hacerle daño al rival. En todas las peleas hay cierto temor desde ese tiempo para acá, pero tengo la confianza de tener a mi padre en mi equipo”, sostiene.

Hirales ahora hace parte de una lista de boxeadores que también ha visto morir a sus contendores en la lona, como le ocurrió a Omar Chávez, quien el 18 de julio de 2009 noqueó en cuatro asaltos a Marco Nazareth, que sufrió derrame cerebral.

El amor por el boxeo y su ilusión de ser un gran monarca hizo que el Rayito Hirales desistiera de la idea de abandonar el deporte de las narices chatas. Ahora está en Barranquilla, en donde mañana se enfrentará al cartagenero Luis Surtigas Meléndez en el coliseo Elías Chegwin. “Quiero ser campeón del mundo, eso fue lo que me hizo volver a retomar este camino. Amo este deporte, el boxeo es todo para mí y lo que me da para sostener a mi familia”, apunta.

El Rayito,  que cuenta con un récord de 27 peleas, 25 ganadas, 13 de ellas por nocaut, asegura que nunca ha abandonado a la familia de Francisco Leal. Tampoco hubo represalias hacia a él por lo ocurrido ya que supieron entender que en ningún momento sus golpes quisieron acabar con la vida del Soldadito Leal.

“Su esposa me dijo que no me preocupara, que eran cosas que a cualquiera de los dos nos podía pasar, desgraciadamente le había tocado a él. Yo nunca los he dejado solos, la familia de Leal me da buena vibra y hacen oraciones por mí”, agrega.

¿Qué opina Meléndez?

El pegador cartagenero Luis Surtigás Meléndez aseguró no tener miedo de enfrentar a Raúl Hirales. Meléndez confía en sus condiciones y dice conocer el estilo del púgil mexicano.

“En Las Vegas me decían que Fernando Montiel me iba a matar, que me despidiera de los míos porque los puños del mexicano iban a acabar conmigo, en fin, de todo. En la pelea él me tumbó en el sexto y se la devolví en el séptimo. Sé que Hirales es aguerrido, va para adelante, tiene buenos movimientos, pero yo también tengo lo mío. Conozco el estilo de los mexicanos”, precisó.

Raúl Hirales regresó al ring por su amor al boxeo, pero no quiere vivir otro episodio como el que le ocurrió ante Francisco Leal.

Otras tragedias

En el mundo del boxeo no es la primera vez que un boxeador fallece o termina en pésimas condiciones producto de los golpes que recibe.

En Colombia se recuerda mucho la muerte del pugilista barranquillero  Jimmy García, quien el 6 de mayo de 1995 enfrentó al mexicano Gabriel Ruelas, quien dejó en mal estado a García, que falleció 12 días después de ese combate.

El 16 de noviembre de 2013, el cartagenero José Carmona enfrentó Jorge ‘El Travieso’ Arce, quien lo noqueó en 8 asaltos. Carmona estuvo internado 43 días, no falleció, pero aún sigue en proceso de recuperación de la lesión cerebral que sufrió. 

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