¿Un mundo gay?
Hemos tenido Presidente gay, congresistas, magistrados de las altas Cortes, alcaldes, gobernadores, políticos famosos, jueces, ejecutivos de grandes empresas, profesores, artistas, cantantes de voz gruesa y hasta deportistas musculosos, como el basquetbolista de la NBA Jason Collins, que salió del clóset y lanzó su bomba por los medios más importantes del mundo. Nuestra televisión está llena de gais, especialmente de presentadores de programas de alta audiencia.
En algunos municipios, el artículo 86 de la Ley 136 de 1994 tiene un nuevo parágrafo, así: “para ser elegido alcalde de este municipio se requiere, además de las normas allí indicadas, ser gay, declarado o asolapado”, pues este elemento constituye una garantía para asegurar la financiación de la campaña electoral.
Los gais constituyen una clase social privilegiada, todo lo que piden y exigen lo consiguen, utilizando para el efecto el artículo primero de nuestra Constitución Política, pues somos un Estado Social de Derecho, con una democracia participativa y pluralista. Por ejemplo, las parejas de homosexuales han conseguido tener la misma protección en salud que tienen las parejas heterosexuales, por disposición de la Corte Constitucional en sus sentencias C-075 y C-811 de 2007. De igual manera, en la unión marital de hecho, la misma Corte Constitucional les concedió iguales derechos como pareja, para lo cual se interpretó a su favor la Ley 54 de 1990 modificada por la Ley 979 de 2005.
Así mismo en la pensión de sobrevivientes de parejas homosexuales, la Corte Constitucional también les dio participación con la sentencia C-336 de 2008, y en los delitos de inasistencia alimentaria de que trata el artículo 1º, parágrafo 1º, de la Ley 1181 de 2007, la Corte Constitucional falló a su favor con la sentencia C-798 de 2008.
Y hace pocos días, 17 senadores pretendieron legalizar el matrimonio entre parejas del mismo sexo, con todas las garantías del matrimonio heterosexual, modificando el concepto tradicional de familia (la unión de un hombre y una mujer), e interpretando alegremente el artículo 42 de la Constitución Política concordante con el artículo 113 del Código Civil, el cual señala: “el matrimonio es un contrato solemne por el cual un hombre y una mujer se unen con el fin de vivir juntos, de procrear y de auxiliarse mutuamente”.
Consideramos que dada la importancia del tema, el cual tiene interés general en toda la comunidad, no sería conveniente que se tomara una decisión de tal magnitud en el Congreso de la República, pues una cosa es la familia (la unión de un hombre con una mujer) y, otra, muy distinta, la pareja del mismo sexo, concepto que ha tenido todas las garantías de la jurisprudencia de la Corte Constitucional, especialmente en la sentencia C-577 de 2011, cuando expresó: “los dos tipos de parejas son asimilables y que la diferencia de trato establecida por el legislador es discriminatoria”.
Así las cosas, si el pueblo colombiano quiere darle el visto bueno al matrimonio entre parejas del mismo sexo, con todas las garantías que tiene el matrimonio entre parejas heterosexuales, se debería utilizar el mecanismo del referendo, según los términos indicados en el artículo 170 de la Constitución Política, y no un acto politiquero de unos pocos congresistas.
¿Cómo sería entonces la adopción de un niño para ser criado por dos personas del mismo sexo? ¿Quién es el papá y cuál es la mamá? Con toda seguridad que este niño será también gay. Semejante favor que le van a hacer a la humanidad.
Por Francisco Cuello Duarte
cuellofrancisco@gmail.com
Más Columnas de Opinión
¿Qué hacer con las tarifas de energía en la región Caribe?
Las altas tarifas de la energía en el Caribe son un problema social. La afirmación de que mes a mes cientos de miles de familias comen o pagan la luz no es lejana de la realidad. El recibo se puede llevar la cuarta parte de los ingresos de las f
Un faro de esperanza para la juventud
En medio del vendaval de desafíos que enfrenta la juventud contemporánea, marcada por la sombra ominosa de trastornos mentales que irrumpen cada vez más temprano en sus vidas, surge la necesidad imperiosa de tenderles una mano firme, de ofrecer
Café entre Evas
“Qué habría sido de las mujeres en el patriarcado sin el entramado de mujeres alrededor, a un lado, atrás de una, adelante, guiando el camino, aguantando juntas. ¿Qué sería de nosotras sin nuestras amigas? ¿Qué sería de las mu
Para el Descanso
La revisión de los titulares de prensa, o de cualquier otro medio de comunicación, se ha convertido en una seguidilla de sobresaltos. Quizá sea porque en estos tiempos todo se actualiza permanentemente, o porque la dependencia del clic induce l