El atribulado gobierno venezolano, que debe hasta el modo de caminar, gracias a la plaga del Chavismo- una fórmula gobernista para despilfarrar lo que sea de manera “ejemplarmente” irresponsable- ha salido ahora, a las diez de últimas, autopostulándose para que se le conceda a ese país la sede de los Juegos Centroamericanos y del Caribe. ¿Y cuáles son las características de esa postulación? Ofreciendo el oro y el moro, como se dice.

Pasajes aéreos gratuitos; becas igualmente gratuitas para estudiantes que quieran estudiar en Venezuela; las delegaciones podrían entrar y salir de Venezuela 8 días antes de los Juegos y después de estos, a manera de un turisteo de la madona. ¿Y qué han dicho los otros dos países que compiten por la sede? Han puesto el grito en el cielo diciendo que esos Juegos quieren ser convertidos en un poco menos que “una merienda de negros”.

No seamos simuladores, ni tratemos de convertir la causa deportiva en un acto de farándula o lago por el estilo. Desde que cualquier evento deportivo puede desfigurarse, ofreciéndole ventajas de toda índole a los electores territoriales, esa falsa prédica que hoy se condena con falso pudor se ha venido utilizando desde los Juegos Olímpicos hasta la sede de una plaza de quinta categoría.

Cuando en Colombia las sedes de los Juegos Atléticos Nacionales se hacía por votación de las propias delegaciones, eso se volvió un festín de marca mayor. Las delegaciones llegaban a la sede de aquellos Juegos Nacionales con mucho dinero en efectivo, para pagar cocteles y banquetes a los delegados que no aspiraban a nada y por lo mismo eran votantes que se podían catequizar. El gobierno tuvo que arrebatarles a los delegados semejante festín.

De modo que dejen de criticar a los venezolanos por la vendimia que está ofreciendo, que esa misma intención se tuvo en muchos países del área. Ahora, que ningún cura se acuerda cuando era sacristán es otra cosa, pero todo el mundo presiona, todo el mundo soborna para obtener sede. Y si lo dudan que le pregunten al Jeque de Qatar cuando todo tuvo que soltar para los vagabundos de la FIFA que también vendían su voto, para que se vayan de espaldas.

La culpa de esta situación la tienen los gobiernos “sepulcros  blanqueados”, como el nuestro y el de los vecinos. ¿Por qué se desgañitan para lograr sedes deportivas? Porque sus gobiernos solo marchan a remolque de los acontecimientos. Si hay sede le dan a la región de todo. Si no hay sede, puedes irte muy larga a casa del gran carajo, porque nada damos…
La gran bandera del cinismo es la que no se ondea…