¿Soy capaz?
A nadie tomó por sorpresa que apenas comenzara la campaña “Soy capaz” ya la estuvieran apedreando. Como la iniciativa “Reconciliación Colombia”, esta campaña es una invitación a que contemplemos la vida de otra manera: ‘desde los zapatos del otro’. Para lograrlo se unieron empresas, instituciones y personas que gozan de un alto reconocimiento y aprecio en el país. Pero resulta que esta acción disgusta a muchos a pesar de ser una causa loable y desprendida. Cualquiera puede vincularse sin preguntar a nadie. Algunas empresas ‘vestirán’ de blanco a sus productos para fortalecer este mensaje y cualquier negocio puede hacerlo de la misma manera sin necesidad de permiso alguno. Pero ya hay una campaña de “no compre blanco”.
Preocupa y duele que se le niegue oportunidad a esta apertura de pensamiento. Esta idea ni es del gobierno, ni de la guerrilla, ni de la iglesia, ni de nadie diferente de quienes saben que, con o sin negociación en La Habana, este país tiene que cambiar y salir adelante. Esta idea es de las empresas más grandes y rentables de Colombia, de los mejores deportistas, de los más grandes artistas… y la lista sigue, y ni siquiera termina con el papa Francisco, a quien muy pronto esperamos escuchar decir “Soy capaz” por Colombia.
Si este país ha sido capaz de darse plomo durante 60 años, si aquí se mata por un par de zapatos y hasta por menos, si aquí ‘la vida te da sorpresas’ y muchas más que en la canción –tantas, que ya somos desmemoriados por costumbre– porque no hemos terminado de asombrarnos con una tragedia cuando la siguiente borra a la anterior, entonces, ¿por qué ser incapaces de dar un paso adelante ?
Una de las cosas que más me sorprenden es ver cómo la gente de países avanzados conoce tan bien sus derechos individuales que los incorporan como parte de su forma y estilo de vida, y por lo tanto, tienen más oportunidades. Tener plena conciencia de esos derechos, consignados en nuestra Constitución, permite que incluso desde la temprana infancia se aprenda, si se enseña, a entender lo que significan el respeto, la obediencia, la autoridad, los valores, los principios, y la vida misma entre y con los demás. Esto no es algo nuevo.
Me remonto a 1688 cuando Jacobo II de Inglaterra se dio cuenta de que no contaba con el apoyo político necesario para gobernar; entonces le cedió el trono a Guillermo de Orange, y de esa manera se creó la monarquía parlamentaria sin un disparo y ni un solo muerto. Así nacieron los Derechos Individuales que se basan en la Carta de la Tolerancia y en los Tratados de Gobierno de John Locke, quien fue el primero en aplicarlos antes de los Derechos Humanos, que no son lo mismo. Después, en los Estados Unidos los transformaron siendo el más importante “el derecho a la búsqueda de la felicidad” y el reconocimiento del valor ético de los intereses particulares como condición indispensable para el reconocimiento jurídico y político de los Derechos Individuales.
Soy capaz de volver a escribir porque siento que en mi país podemos soñar.
Tú, ¿de qué eres capaz ?
oswaldloewy@aol.com
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