Son tres monitos
Son conocidos los tres monitos que aparecen tapándose los oídos uno, la boca otro y los ojos el tercero. Se quiere así, hacer pensar que los jueces no ven, ni oyen ni dicen nada en su proceso de administrar justicia. Podría ser, pero es que los micos del cuento se comunican entre sí, de manera que el sordo mira lo que hace la gente y le cuenta al ciego que oye lo que este le dice y a su vez le cuenta al mudo que luego de oír al ciego analiza lo contado y toma las medidas de reprensión, coordinadamente, cuidando además de su cumplimiento. Esta leyenda proviene de la cultura japonesa y hace honor al aparato de justicia del país del sol poniente.
Pues bien, cualquier parecido con el aparato de justicia colombiano no es pura coincidencia, simplemente no existe. La jerarquía solo se mantiene en el papel, la coordinación no se acerca siquiera a la conversación previa y si llegan a acuerdos solo lo hacen en temas de interés económico de los personajes que administran justicia. La credibilidad en la justicia colombiana es casi ninguna y esa percepción no es un simple sentir.
Casos de nunca acabar, como los de Colmenares, Guette, Moreno, Tapias o Interbolsa. Otros del día a día, detenidos in fraganti y puestos en libertad de inmediato en repetidas ocasiones, la impunidad campea, la justicia se va de bruces y además no se levanta. El ladronzuelo o el matón veterano saben que no hay espacio para ellos en las cárceles del país, y si lo hubiera, difícilmente serían condenados. Delinquen hurtando, robando, violando, asesinando, prevaricando, sobornando, desfalcando, tranquilos porque los sueltan rápido.
Cuando nos enteramos de lo que sucede en las ‘altas cortes’ dan ganas de salir corriendo. Allí pasa de todo, los togados se pegan las enredadas más espantosas imaginables. Hace un par de años, una de las tantas reformas a la justicia se cayó estrepitosamente, llevándose por delante a varios, entre ellos al ministro de Justicia de entonces. El escándalo fue tan grande que la reforma no llegó a la plenaria. La demanda ante el Consejo de Estado no se hizo esperar pero ‘sorpresivamente’ fueron absueltos en combo, y por abrumadora mayoría, todos los integrantes de la comisión conciliadora, porque “ellos no tuvieron la culpa”.
Oímos la olla pitando cuando nos enteramos, el viernes pasado, de supuestas dádivas para la resolución favorable de una revisión de tutela por la Corte Constitucional, pero vemos la tapa volando cuando se abre investigación nada menos que a su honorable presidente denunciado formalmente por un magistrado de las entrañas de la Sala. Ese magistrado solicita investigación, que se abre, ante la Comisión de Acusaciones de la Cámara de Representantes. Los magistrados, quienes por conocerlo bien antes lo habían elegido, piden ahora la salida del investigado que, aunque niega las acusaciones, acepta retirarse “temporalmente” de su cargo. Respetados jurisconsultos se pronuncian condenando el hecho y hasta se propone una Constituyente limitada para la reforma a la Justicia.
Presagiamos delitos peores, pero lo cierto es que hoy el estropicio es tan grande por el porrazo que le están dando los mismos magistrados a la loza ya desportillada, que la volvieron añicos antes de que se diera contra el suelo. El país debe aprovechar para barrer los restos de la vajilla y no pensar siquiera en recoger los trozos que queden y que aparentemente se puedan rescatar. Corusca el desastre de la justicia colombiana. Aunque paguen unos pocos inocentes por los abundantes pecadores... ¡Todo a la basura!
P. D. ¿Qué tal que nuestros tres monitos oyeran, vieran y hablaran?
fernandoarteta@gmail.com
Más Columnas de Opinión
¡Afinia nos tiene locos¡
Uno de los problemas más grandes que está afectado a los habitantes de la región caribe es el alto costo de los servicios públicos domiciliarios especialmente el servicio de energía. Desde hace muchos años la costa caribe ha recibido un serv
La Salud entre líos
Aunque los profesionales de la salud, tengamos como principios fundamentales, el de proporcionar nuestros conocimientos, voluntad, deseos, y en general permanecemos con todas nuestras fuerzas, puestas al servicio de las comunidades y personas, de
¿Qué hacer con las tarifas de energía en la región Caribe?
Las altas tarifas de la energía en el Caribe son un problema social. La afirmación de que mes a mes cientos de miles de familias comen o pagan la luz no es lejana de la realidad. El recibo se puede llevar la cuarta parte de los ingresos de las f
La Bestia – El temor a amar
La última película del aclamado director Bertrand Bonello (Saint Lorent, Nocturama) incursiona en el género de ciencia ficción mientras explora las complejas relaciones de pareja a través de un romance que trasciende distintas épocas histór