En medio de una visita que el presidente Juan Manuel Santos adelantó la semana anterior a un hospital público de la ciudad de Bogotá, el primer mandatario anunció que su gobierno se propone que el tiempo de espera en los servicios de urgencias de todos los hospitales de este país no sea mayor a 2 horas para que los pacientes puedan ser valorados por los médicos especialistas.“O sea, 2 horas será el límite”, en palabras de Santos.

Si bien en algunos eventos y algunas enfermedades, esperar 2 horas para un paciente con una urgencia vital es demasiado tiempo, pues de la inmediatez con que se brinde la atención médica especializada dependerá su sobrevida y el pronóstico de recuperación, reducir el actual tiempo que les toca esperar a los pacientes a solo 2 horas resulta ya ser una ganancia.

Es más que conocida la situación en algunos centros hospitalarios en los que la atención médica resulta ser tan demorada, tanto la de los médicos generales como la de los especialistas, llegando a ser a veces inexistente la de estos últimos. Y no es precisamente porque los médicos generales o especialistas no estén prestos para aportar sus conocimientos y poner en práctica sus destrezas en la atención de estos casos, sino a la física falta de suficientes médicos que puedan atender de manera oportuna la demanda de pacientes en estos servicios.

No se puede negar que la demanda de atención en los servicios de urgencia la mayoría de las veces supera la oferta de profesionales de la salud que se requiere para atenderla, pero también sería bueno revisar las razones del porqué tantas personas requieran ser atendidas por los servicios de urgencia de los centros hospitalarios, tanto públicos como privados.  
En ese orden de ideas, deben evaluarse a conciencia qué tan exitosos y efectivos han resultado ser los programas de promoción de la salud y prevención de la enfermedad en la población colombiana, que ha llevado a que se aumente de manera progresiva la cantidad de pacientes con requerimientos de atención en los servicios de urgencia por presentar enfermedades que se hubiesen podido prevenir y evitar con una adecuada ejecución de los programas antes citados.

Igualmente hay que ver por qué hay “tan pocos” especialistas laborando dentro de los servicios de urgencia, revisar la remuneración que ellos reciben y también la forma como están siendo contratados, pues en ocasiones estos profesionales de la salud no se sienten bien compensados económicamente al desempeñarse en estos servicios, lo que los desincentiva y no presentan mayor interés por laborar en dichos servicios.
Tampoco puede dejarse de analizar en este listado de chequeo la política de formación de los médicos especialistas frente a las características epidemiológicas de Colombia y de esa forma revisar si la forma como se están localizando geográficamente en el territorio del país estos profesionales al momento de laborar, está creando saturación de especialistas en algunos sitios y déficit en otros, lo que afecta la disponibilidad de ellos en los servicios de urgencias, incidiendo directamente esta circunstancia en la espera de la atención médica en estos servicios.

Por todas esas razones, si esa espera por lo menos se logra reducir a “solo 2 horas”, ya será un avance…
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