Secretaría de Seguridad
Esta es una respetuosa sugerencia para el nuevo alcalde electo, el arquitecto Álex Char, y para el nuevo Concejo Municipal que salió elegido en las pasadas elecciones: Es absolutamente importante crear con urgencia una secretaría de Seguridad Ciudadana que se sume a las demás secretarías del despacho distrital, con presupuesto, personal, autonomía propia, que sirva de enlace, gestión, desarrollo y ejecución de todos los programas y planes de seguridad indispensables para hacer de Barranquilla una ciudad más tranquila, más segura, con el mínimo de percepción individual de sus habitantes del miedo al atraco diario.
Desmenucemos la propuesta: el alcalde distrital o municipal es el jefe de la Policía, máximo de cada ciudad, lo señala específicamente la Ley. Quien ocupe el cargo propuesto debe ser una persona especial, preparada, ojalá con experiencia en el ramo. Un experto. No cualquier recomendado político. La oficina debe ser el punto de convergencia, epicentro de todos los enlaces y coordinaciones con la Comandancia de la Policía, sus mandos medios, el Ejército, los jueces, la Fiscalía, los servicios de inteligencia, de criminalística, comités de barrios y al mismo tiempo oficina interlocutora con la ciudadanía, donde además puedan converger la Defensoría del Pueblo, la Procuraduría.
El alcalde electo de manera reiterada afirmó en sus discursos de campaña que ante la inseguridad ciudadana si era necesario y no contaba con la eficiencia de la Policía, “sacaría el Ejército a las calles”. Esa frase entró muy hondo en el ánimo de los barranquilleros, no solamente por lo atrevida, por lo valiente, por lo sui generis, sino porque significa el anhelo profundo de toda la ciudad. Y así como sacar al Ejército a las calles no es potestativo de una orden del alcalde como sí sucede si se quiere con la Policía, es indudable que una solicitud en este sentido del Alcalde Mayor Distrital no puede ser desoída por el Comandante de turno de las Fuerzas Armadas.
La verdadera verdad, como dicen ahora los autoincrédulos para reafirmar sus tesis, es que la percepción ciudadana de seguridad es nula. Nos estamos ahogando en la ola de los delitos, desde los crímenes más atroces hasta el raponeo diario que ha elevado su precio de rentabilidad porque ya se asesina para robar un celular. Los índices muestran una cosa y la realidad otra, las estadísticas se entusiasman con dos o tres puntos en el porcentaje de disminución de delitos, pero a la gente le da miedo salir a las calles, usar teléfonos en los andenes o buses, dejar de transitar por muchas vías catalogadas de peligrosas, inclusive barrios enteros así calificados y de ese modo la violencia nos ha encuartelado, nos limita, nos asusta, nos encierra.
Los mayores de treinta años recordamos que Barranquilla no era así. Fuimos un remanso de paz, y el andén, la acera, era el punto de reunión del barrio hasta altas horas de la noche. Rescatar ese pasado, devolver la percepción ciudadana de que la seguridad es el principal elemento del progreso urbano es una obra titánica pero posible. Le dejamos este encargo, Doctor Char, porque Ud. lo ha prometido, Ud. es hombre de ejecutorias, lo ha demostrado y sobre todo no le da miedo emprender las tareas. Eso lo pide la ciudadanía: autoridad, más autoridad, más eficiencia y menos palabrerías tontas.
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