Presentados los sapos digeribles, y los histamínicos, la carta ofrece también sapos eméticos. Es una estrategia del restaurante para vender estos últimos. Como se trata de un combo, te los tragas todos, o ninguno. El plato, claro, viene adornado con arandelas, palomas de confite, aspecto atractivo, y ha sido ampliamente publicitado como saludable, estimulando los jugos gástricos. Además, ya es hora de comer. Pero finalmente no se trata de la capacidad digestiva de los colombianos para tragar todos los sapos que integran el menú, o que le pinten a la gente pajaritos dorados. No. En ese menú hay sapos que ocultan sus reales ingredientes, y causan emesis, son intragables.

Válido que Timochenko quiera asegurarse contra una volteada de Santos, pero, ¿por qué volver constitucional todo el Acuerdo? ¿Por qué no solo lo que los blinda? Si se trata de un borrón y cuenta nueva, ¿por qué no dejarlo hasta ahí? Si lo que les interesa es proteger su propia inmunidad, o incluso impunidad, ¿por qué no consignar solo esa parte? ¿Por qué crear un Tribunal Especial que pueda revivir cosa juzgada o llamar a juicio a quien quiera? ¿Por qué extender posibilidades de juzgamiento a quienes no entraron en el conflicto? ¿Por qué abrir una nueva puerta de retaliaciones? ¿Por qué posibilitar la vinculación judicial de empresas y empresarios que en su momento y por fallas del Estado se vieron forzados a proteger sus intereses? ¿Lo exigieron los guerrillos? ¿Quién lo propuso? ¿Hay allí algún propósito revanchista? ¿A quiénes tienen en la mira? Hasta Danilo Rojas, presidente del Consejo de Estado, expresó preocupación por el alcance del Tribunal. Igual Margarita Cabello, presidenta de la Corte Suprema de Justicia.

No es solo la Justicia especial. El negocio del secuestro, ¿es delito político conexo? ¿Lo es el narcotráfico? Además, ¿Por qué incluir como constitucional el manido “enfoque diferencial de ideología de género”? ¿Debemos aceptar que “no se nace hombre ni mujer, sino que se llega a serlo”? ¿Será que no entendieron las masivas manifestaciones nacionales contra tales desafueros? ¿Qué tiene eso que ver con el conflicto con esta guerrilla? No es solo Gina ¿Qué decir de Mauricio Perfetti, director del Dane, imponiendo a los colegios que hagan entre los niños desde los once años una encuesta pervertida y vulgar? Asegura la preparó conjuntamente con el ICBF y con el Ministerio de Salud. ¿Qué clase de gobierno tenemos? ¿Qué clase de sociedad nos quieren imponer? ¿Qué nos espera? Tal adefesio merece por parte de los padres de familia un no masivo, una reacción como la del 10 de agosto.

No importa que gane el Sí, hay que manifestar un rechazo, para que la diferencia sea notoria y evidente. Porque el Acuerdo es todo o nada. No se puede votar por partes ni, en aras de la paz, tragarnos los sapos digeribles y los histamínicos, y desechar los eméticos. Así que, como a un gobierno resbaloso como este no se le puede girar un cheque en blanco, mejor no.  

rzabarainm@hotmail.com