El Heraldo

A punta de plomo

En enero de 2011 los titulares de prensa registraron el desplazamiento de 700 personas, entre indígenas y campesinos, en los departamentos de Cauca y Antioquia. En abril de 2012 los titulares volvieron a registrar desplazamiento, en ese momento la cifra era de 500 campesinos desplazados en el municipio de Caloto, en el Cauca. En septiembre del mismo año la noticia hablaba de 100 familias desplazadas en Morales, Cauca. Las razones siempre las mismas: combates entre la guerrilla de las Farc y el Ejército Nacional.

Hoy la noticia registra 352 personas desplazándose de Guapi, municipio de Cauca, y una fotografía de la comunidad saliendo masivamente, con unos cuantos enseres encima, la imagen de la desgracia del desarraigo.

Aquí hay unas verdades de fondo. El Cauca, para empezar, no le interesa a nadie. Es un territorio que el país no entiende ni conoce, que se narra solamente para mencionar protestas indígenas, presencia guerrillera y enfrentamientos armados. Los campesinos y los indígenas tampoco son importantes en este país multiétnico y pluricultural, que solo ha dado muestra de exotizar a poblaciones que deberían ser sujeto de especial protección. 

Así las cosas, los desplazamientos masivos solo son vistos como daños colaterales de una guerra que se atiza con los resoplidos bélicos de cómodos colombianos, que tienen el trasero echado frente al televisor, asistiendo a la tragedia como si fuese una película de acción, sin mancharse de sangre las pestañas, sin poner un solo muerto en el combate, sin siquiera saber cómo suenan las balas en medio de la noche.  De lo más indigno que tiene el conflicto armado en este país es que quienes lo aplauden se aplican bronceador en una playa cercana mientras masacran a alguno.

Es el mismo país que llora –no de dolor, léase bien, sino por vanidad– la muerte de soldados en manos de las Farc. Es el mismo país que celebra la muerte de los guerrilleros en un bombardeo indiscriminado, sin importarle saber que en esas filas también hay niños y que los muertos los sufren sus madres.

Y es el mismo país en que el Presidente se abraza a un discurso esquizoide de paz, que por un lado nos hace creer que es su mejor bandera y por otro nos recuerda que amó la sangre desde siempre. ¿Cómo garantiza su política de víctimas la no repetición, si su mano dura del Ministerio de Defensa sigue esforzándose en sus gritos de guerra? Las Farc y el Gobierno deben dar muestras serias de sus intenciones. El cese al fuego bilateral es urgente. Ni una bala más de un colombiano matando colombiano. La guerra es una pena, la muerte de cualquier bando es un fracaso del Estado, y el desplazamiento forzado y la muerte de civiles es un crimen cuya responsabilidad descansa en la espalda de quienes toman las decisiones de seguir dialogando a punta de plomo.

Ayolaclaudia1@gmail.com
@ayolaclaudia

Facebook
Twitter
Messenger
Whatsapp

Más Columnas de Opinión

El Heraldo
Hugo Illera Jiménez

Junior y la sanción a Jorge Duarte

En los más de cuarenta años que he estado en la industria de los medios de comunicación, el fútbol siempre ha sido la misma historia. Los temas del Junior de Barranquilla, por partidos accidentados y fallos arbitrales, siempre se maximizan y s

Leer
El Heraldo
Hernando Baquero Latorre

A cuidar las marchas

Las marchas y manifestaciones han desempeñado un papel crucial en la dinámica de los cambios sociales a lo largo de la historia. Estos eventos han sido catalizadores potentes para transformaciones sociales y políticas, y van más allá de la le

Leer
El Heraldo
Óscar Borja

¡Lee la naturaleza!

Para quienes compartimos que Dios es el creador del universo y de la vida o para quienes no lo aceptan, lo único claro es que, de todos los seres vivos existentes en la naturaleza, el único que tiene la capacidad de comunicarse con sus semejante

Leer
Ver más Columnas de Opinión
X
COMO REPORTAR A WASAPEA
1. Agrega a tu celular el número de Wasapea a EL HERALDO: +57 310 438 3838
2. Envía tus reportes, denuncias y opiniones a través de textos, fotografías y videos. Recuerda grabar y fotografiar los hechos horizontalmente.
3. EL HERALDO se encargará de hacer seguimiento a la información para luego publicarla en nuestros sitio web.
4. Recuerda que puedes enviarnos un video selfie relatándonos la situación.