Para que ganemos todos
El concurso arquitectónico es un procedimiento que les permite a los responsables de un proyecto determinado escoger entre varias alternativas de diseño la que mejor responda, con estética y funcionalidad, a sus necesidades particulares. Estos procesos son muy populares y suelen generar gran interés dentro de la comunidad profesional, porque cuando son administrados con transparencia y neutralidad, constituyen el camino para que cualquier arquitecto pueda hacerse responsable de encargos representativos, en los que su capacidad, creatividad y profesionalismo son las determinantes definitivas. Lamentablemente en Barranquilla los concursos arquitectónicos no son una práctica común, y se puede comprobar que el diseño de proyectos relevantes, públicos, y de impacto general son adjudicados mediante otros métodos, perdiendo así grandes oportunidades para construir una mejor ciudad.
Un buen ejemplo para ilustrar esta circunstancia es el diseño arquitectónico y urbano de los nodos que se han planeado para los Juegos Centroamericanos y del Caribe 2018. Si se logran construir, estos nodos van a suponer un cambio significativo para varios sectores de la ciudad, generando así un impacto que supera la esfera del certamen deportivo y justifica el enorme esfuerzo que tendremos que realizar. Es una muy buena manera de aprovechar el evento para ganar calidad urbana. Precisamente por eso es tan sorprendente que para la adjudicación de los diseños no se hayan organizado unos concursos arquitectónicos abiertos, inclusive a nivel internacional, que sin duda hubiesen convocado un buen número de firmas de comprobada trayectoria y que seguramente habrían planteado interesantísimas y novedosas propuestas. Hemos perdido una oportunidad única, tras la cual solo queda esperar que los diseños, aún por revelarse, le hagan justicia a nuestra ciudad, tan necesitada de arquitectura y espacios públicos amables, sostenibles y consecuentes con nuestras realidades climáticas.
Otra muestra de nuestra aparente prevención hacia los concursos arquitectónicos es el programa “Todos al Parque”, una admirable iniciativa por parte de la Administración distrital. Aunque los parques renovados tienen un buen nivel de calidad, en este caso también se despreció la posibilidad de contar con la participación de un nutrido grupo de profesionales que posiblemente nos habrían entregado soluciones con criterios distintos e innovadores.
Cuando una ciudad valora adecuadamente el aporte que en todos los sentidos brinda un buen diseño, se genera una dinámica que con el tiempo logra un mejoramiento en todos los niveles. En nuestro país, Medellín es un claro ejemplo de este fenómeno: buena parte de sus intervenciones públicas se acogen a la metodología del concurso, con los positivos resultados que son evidentes en la capital antioqueña, que ya está logrando reconocimientos a nivel mundial por la calidad de sus proyectos. De esta manera se establece un círculo virtuoso con enormes beneficios para sus habitantes. Entendiendo que en Barranquilla está siendo posible financiar obras de importancia, es el momento de reclamar la celebración de concursos públicos de arquitectura. No dudo que así ganaríamos todos.
moreno.slagter@yahoo.com
@Moreno_Slagter
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