No aguantarán
¡Tremendo calor! El cuento del calentamiento global, que lucía carreta de ambientalistas, está quedando confirmado. Uno ve antiguas fotografías del Centro y los caños, y todo el mundo aparece vestido con saco y algunos hasta con corbata; hasta hace poco estuvo de moda el Land Rover, con sus ventanitas pequeñitas, y nadie se quejaba; casi ningún carro tenía aire acondicionado y, aún en las casas, cuando lo había, era solo en la habitación de los padres. Hoy el aire acondicionado más que un lujo es una necesidad que, claro, no todos pueden pagar, no tanto por su precio sino por el disparo en la factura de energía, así que abanico corrido, alguien sugiere que nuestros políticos deben proponer al Gobierno que, así como subsidia tanta vaina rara, nos subsidie también en la Costa la compra de los abanicos. Pero hoy el calor es bienvenido. Es que hoy todo es distinto. Hoy todo pasa a segundo plano. Todo pierde importancia menos, claro, el calor. Incluso si llueve a cántaros, también estamos con la lluvia.
Aquellas cosas que nos parecieron trascendentales, que nos complacieron o nos mortificaron, hoy se diluyen. Hoy nos olvidamos que la tal Creg, unos autodenominados expertos que nadie sabe quiénes son, nos agreda constantemente y nos suba el precio del gas; pasamos también por alto que a los malandros capturados los suelten a los dos días; hoy no nos importa que Timochenko diga una cosa sobre los diez puntos anunciados, y que De la Calle asegure otra bien distinta, ni que se trate de entrega o de dejación de armas; nada queremos saber de justicia transicional; hoy pudiera ser que guerrillos y ultragodos se abracen alborozados. Ni siquiera a las elecciones les pondremos bolas, nos da lo mismo que la gente no quiera votar por Verano, o que Varela repunte, o que Juan García le pise los talones. Hoy no vale ni liberalismo ni conservatismo; hoy se podrían abrazar en festejo los unos con los otros sin importar las diferencias. Hoy no importa que se pretendan olvidar las atrocidades de la dictadura cubana, ni que presenten a los Castro como santos estadistas. Claro, santos con minúscula.
Hoy nada de eso vale
Es que hoy comienzan las eliminatorias para el Mundial en Rusia, y en el Metropolitano juega Colombia contra Perú. La era Pékerman nos devolvió la ilusión y acabó con las roscas de los técnicos cachacos que convocaban a los jugadores cachacos que ciertos personajes también cachacos querían mostrar y vender. Pékerman no come de esa, y convoca a los que deben estar, independientemente de su origen o de su palanca. Esta vez, como nunca antes, es numerosa y merecida la participación de costeños, que la delantera y los goles serán caribes, lo que nos motiva más y, aunque no estemos en el nivel deseado y tengamos muchos lesionados, somos optimistas, y el camino es largo.
Por eso queremos que los elementos que nos agobian persistan hoy. Porque en Perú no llueve, ni hace este calor, así que sus jugadores no aguantarán.
rzabarainm@hotmail.com
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