Los Impuestos que se vienen
El pasado 21 de abril, ocurrió el lanzamiento del programa de Doctorado en Economía de la Universidad del Norte, el primero por estos lares del Caribe, un momento histórico para las Ciencias Económicas en la Región. Al fin, los profesionales de la Región y de otras, no tendrán que irse a Bogotá o al extranjero para culminar sus estudios. En ese evento, el Dr. Ricardo Bonilla, miembro de la Comisión de Expertos para la Equidad y la Competitividad Tributaria, la cual hace algunas semanas entregó su informe final al Gobierno, presentó las principales conclusiones de este trabajo. Esta reforma se aspira que sea estructural y de largo plazo, aunque atienda las urgencias de un hueco fiscal que se estima en $20 billones. Las rentas petroleras del estado colombiano se acabaron y no volverán por ahora. Colombia afronta un déficit estructural en términos del PIB del 3.6%, y si las cosas siguen como van, podría llegar al 4%, por encima de la regla fiscal. Lo anterior, aunado a un hueco en el sector externo, del 6% en cuenta corriente, nos coloca en una posición precaria. La estructura tributaria del país nos muestra un país hipercentralizado: La Nación recauda $120 billones, los Departamentos $8 billones y los municipios $16 billones. Las 4/5 partes del ingreso fiscal van a la Nación. Luego se reparte por transferencias y SGP, donde la Nación se queda con un buen pedazo. Los colombianos nos quejamos que pagamos muchos impuestos, lo cual es cierto. Son 5 nacionales, 12 departamentales y 15 municipales. Pero el recaudo está afectado por la evasión, la elusión y una Dian que dista mucho de ser moderna. Con el Cree, la presión fiscal llegó al 20% del PIB, lo cual es bajo si nos comparamos con muchos vecinos. En otras palabras, muchos impuestos y recaudos poco efectivos. Además, hay 20 tasas y contribuciones, en lo cual Barranquilla y el Atlántico dan el mal ejemplo, llenándonos de tasas y estampillas, hasta el caso reciente del impuesto al teléfono: sin energía eléctrica y llenos de tasas y estampillas, ¡queremos ser competitivos!
La evasión fiscal es de $40 billones, pero disminuirla no es fácil. Muchas transacciones se hacen en efectivo. La mitad de los colombianos pagan arriendo, pero no se reportan muchos. De más de 20 millones de colombianos que trabajan, solo 1.8 millones declaran renta, y los impuestos recaen sobre 336.000 empresas. Mucha riqueza se camufla en Sociedades sin Animo de Lucro (SAL), para no pagar impuestos, y hemos visto entidades y universidades privadas haciendo inversiones en bienes raíces de estrato seis, donde sus funcionarios devengan sueldos jugosos, y les pagan sus gastos personales. Ni que decir de las SAS creadas para evadir el impuesto del 10% de herencia. Las recomendaciones son muchas, pero se viene una subida del IVA al 19%, la canasta básica quedará gravada con el 5%, las pensiones quedarán gravadas como renta. Los sectores medios pagarán los platos rotos, me temo.
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