La fórmula Gaviria
El expresidente César Gaviria ha aportado un interesante planteamiento para el debate sobre la solución que debe buscarse para el cierre del proceso de paz y su paso posterior: el futuro de la reconciliación entre los colombianos.
Estas ideas del ex mandatario liberal llegan oportunamente, en un momento en el que la polarización impide la formación de consensos en torno del propósito superior de la paz.
Lo que ha planteado es audaz y retador en la medida en que propone que haya cobijo en la justicia transicional para todos los que, de una u otra manera, han tenido que ver con el conflicto –no solo militares y guerrilleros–; esto es, que haya penas favorables también para civiles, empresarios, políticos e integrantes de la justicia, a cambio de verdad, reparación y, por supuesto, que a las víctimas se les pida perdón.
El análisis de Gaviria tiene un punto de partida cierto. Quienes formulan reparos a los diálogos de La Habana han usado como caballito de batalla un mensaje que ha calado en buena medida, y es que la salida jurídica solo busca resolver el problema de la guerrilla con los jueces.
Además, según la tesis del exmandatario, “sería altamente inconveniente” repetir lo que ocurrió con el proceso de Justicia y Paz que otorgó penas generosas a los paramilitares y en cambio excluyó de los mismos a los civiles implicados en acciones de esos grupos, que hoy son juzgados con penas altas. Para ellos reclama un trato laxo, y para los militares que han enfrentado a la guerrilla, una especie de ley de punto final que los ponga al margen de reaperturas de procesos en un futuro. También hay que destacar la salida que plantea para blindar la aplicación de la justicia transicional para todos mediante una ley de referendo y una posterior decisión ciudadana.
Por las reacciones que se escucharon esta semana, tanto de la guerrilla como de otras voces, incluida la opinión del fiscal Luis Moreno, de la Corte Penal Internacional, la propuesta de Gaviria ha sido bien recibida. Pero el debate apenas empieza y la idea debe buscar aliados internos y externos. El apoyo de quienes han hecho la guerra, con la aceptación de sus culpas y su sincera intención de decir la verdad, reparar y pedir perdón, y de la comunidad internacional, en especial de la Corte Penal, su compromiso de que será una aliada y no un palo en la rueda para la paz de Colombia.
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