En la crónica anterior sobre los deportes de pista y campo en Barranquilla (y del resto del país por lo demás) la gran figura atlética de aquellos tiempos se llamaba Rafael Cotes, a la sazón estudiante del Colegio Barranquilla instituto estudiantil que entonces gozaba de alta fama como gran colegio de segunda enseñanza, por lo demás tenía un alto prestigio como practicante de los deportes.
Rafael Cotes ganaba en cuanta pista atlética tuviera el país. Ganó las pruebas de 100 y 200 metros planos en los Juegos Colegiales de Tunja, que se dice fácil y de un solo tirón, pero vaya un velocista barranquillero de estos tiempos queriendo hacer lo mismo que Cotes en los años 30.
Fuimos amigos, compañeros de colegio y admiradores ilimitados suyos por la forma arrogante que se lanzaba a fondo en todas las pruebas donde Cotes competía. En él era fundamental el espíritu competitivo que ‘Rafa’ hacía gala en aquellos años, pues nadie conseguía en los preámbulos de las competencias, donde se hacen alardes de triunfos, pero de ‘boquilla’ y a la hora de la verdad esos ganadores anticipados quedaban regados al final de las pruebas.
Rafael Cotes no se le arrugaba a nadie viniera de donde viniese. En aquellos años 40 llegó a Barranquilla un destroyer mexicano que traía un conjunto de pilotos de motocicletas de alto cilindraje que hicieron una impresionante demostración de habilidades sobre aquellas máquinas en la pista atlética del estadio hoy Romelio Martínez.
Saberse entonces que la delegación mexicana había traído también un velocista de la prueba de 100 metros planos. Saberse eso en medio de la exhibición de los pilotos de astucias de inmediato le propusieron una competencia de 100 metros allí mismo con Rafael Cotes de adversario. Los ‘mamadorsitos de gallo’ le decían a Cotes que le había llegado el velocista que le ponía las peras a cuarto, indicativo que allí encontraba su waterloo.
¿Rafael Cotes amilanarse por las profecías que le hacían sus propios compañeros? ¡Tengan juicio! Cotes le gritaba a los amigos que él le iba a ganar al velocista mexicano, como en efecto le gano imponiendo 10/5 para los 100 metros. Casi que desde los mismos días de aquella confrontación tan emotiva y posteriormente cuando comenzamos estos artículos como periodista deportivo, hemos esperado un nuevo estadio para que se llamara Rafael Cotes, pero hasta ahora todo ha sido un vano intento.
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