¿Habrá mejor forma de aproximarse, sin tener que leerlo, a las 700 páginas del libro El capital en el siglo XXI, de Thomas Piketty, que a través de su lectura por Bill Gates, el hombre más rico del mundo? Aunque The Economist (29/05/14) considera a Piketty como el nuevo Marx, vale decir que el enfoque marxista se centra en la producción, en tanto que Piketty se refiere a la distribución y sostiene que el final del capitalismo tendrá su origen en la desigualdad. Marx considera que tal final se dará por el descenso de la tasa de ganancias.

El libro pretende ser la versión contemporánea de El capital, de Carlos Marx. Gates cuenta que lo leyó el verano pasado pero dedicó un tiempo importante a indagar sobre tal libro antes de emprender su lectura. Después de leerlo sostuvo una larga conversación por Skype con Piketty. Consignó sus conclusiones en su blog Gatesnotes el pasado 13 de octubre, intitulándolas Por qué la inequidad importa. ¡Y pensar de quién vienen!

El libro de Piketty se deriva de la ecuación r > g, donde “r” es el retorno sobre el capital invertido y “g” es la rata a la que crece la economía. La idea es que si a través del tiempo la renta sobre el capital (r) o patrimonio es mayor al ingreso por el trabajo (g), la brecha de riqueza entre ambos aumentará haciendo que los rentistas sean cada vez más ricos que aquellos que dependen solo de su trabajo.

Gates está de acuerdo con Piketty en lo siguiente: los altos niveles de inequidad son un problema porque desvirtúan el ideal de que todos los seres hemos sido creados iguales, inclina las democracias a favor de los más poderosos y desordena los incentivos económicos. El capitalismo no corrige la inequidad porque pueda crear una mayor equidad; esto, debido a que el exceso de concentración de riqueza más bien puede generar el efecto de una bola de nieve si se descuida y los gobiernos deben jugar su papel para evitarlo. Piketty prefiere como solución aplicar impuestos progresivos al capital en vez de a los ingresos. Gates piensa que lo propuesto por Piketty no diferencia los distintos usos que pueda tener el capital y, por tanto, habiendo grandes diferencias entre el valor que entregan a la sociedad no se pueden poner bajo un mismo paraguas.

Gates aclara que cuando se refiere a que altos niveles de inequidad pueden ser un problema, no afirma que el mundo esté peor. Y pone como ejemplo que gracias al crecimiento de la clase media de cinco países: Colombia, China, México, Brasil y Tailandia, se puede decir que el mundo está siendo más equitativo y que parece que esta tendencia global positiva continuará.

Después de leer su blog y observar lo que sucede a nuestro alrededor en Barranquilla y en el país, uno no puede estar más de acuerdo con lo que Gates afirma sobre Colombia. Sin duda la economía crece y de manera particular la construcción y el consumo están disparados. Pero detrás de todo hay un gran nubarrón: la inequidad que también está frente a nuestros ojos. Más allá de las explicaciones técnicas, esta nunca dejará de existir, pero un mundo mejor será posible cuando el egoísmo sea un jugador al que sentemos en la banca y le impidamos entrar a la cancha.
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