El Heraldo

Hospitales: se cierran

Cuando a lo largo y ancho del país se anuncia el cierre de hospitales es porque hay una crisis, así el Gobierno lo niegue. Una mirada a esta situación encuentra anuncios en Antioquia, en Santa Marta, en Cartagena y en Sincelejo, y empiezan a llegar serios rumores de que algo tan o más grave está sucediendo en el Valle del Cauca. La protesta generalizada es porque las EPS tienen inmensas deudas con los hospitales del país. Como si los montos que los tienen quebrados no fueran ya preocupantes, a esto se le debe agregar que algunas de esas deudas son de EPS que ya no existen. ¿Y la Supersalud no se dio cuenta?

El ministro de Salud, que es un hombre serio, ha salido a anunciar medidas como créditos blandos para las EPS para que respondan por sus deudas, y refinanciación de las mismas en algunos casos. Se anuncian además inyecciones de recursos nuevos al sistema. La pregunta es si esta vez se arreglará el problema de los hospitales y si además se podrá mejorar la mala calidad del servicio.

La duda que surge es si el diagnóstico es correcto. La verdad es que las crisis en el sistema de salud se han vuelto recurrentes a pesar de esfuerzos que ha hecho el Gobierno, como el control a los precios de los medicamentos, precios liberados en los gobiernos de Uribe. Para muchos, sin desconocer la ampliación de cobertura en salud, al menos teóricamente, lo cual ya es un gran paso, la negación total a revisar los elementos de la Ley 100 pueden ayudar a explicar los problemas permanentes en el sistema de salud. Sin embargo, existe un elemento adicional que sin excluir el anterior no ha recibido el suficiente análisis y puede estar contribuyendo en gran medida a los problemas actuales y a los de siempre, como la mala calidad del servicio, especialmente para aquellos que no tienen ingresos suficientes.

Se trata de la captura del sistema por parte de la clase política de este país que se ha convertido –con las pocas excepciones de siempre– en una verdadera plaga. Y una plaga contamina todo lo que toca. Esta entrega de la salud a esos parlamentarios que han demostrado su gran habilidad para enriquecerse a costa de la calidad de vida de los colombianos.

Loa parlamentarios, especialmente los de dudosa ortografía, se adueñaron de los partidos políticos con el beneplácito de los ex presidentes de muchos de ellos y pasó lo inevitable: hoy están a punto de desaparecer en medio de la corrupción, del clientelismo, del rechazo de gran parte del país. Se sabe que las EPS, especialmente aquellas grandes que armaron un cartel, han tenido su mejor representación en el Congreso de la República con senadores y representantes cuyas campanas han sido financiadas por estas. Por consiguiente, no es una calumnia afirmar que la plaga de la mala política está en el sector salud.

La propuesta válida para la crisis hospitalaria del Caribe, que se puede extender a todo el país, es investigar y señalar a los parlamentarios ‘dueños’ de EPS e IPS, y determinar cuánto de esta situación obedece a su manejo irresponsable. Primero, acabaron con el ISS cuando se sentaban senadores ante la Dirección General a decir que esta entidad en su región era de ellos. Ahora, ¿por qué no se mira la composición de las comisiones de Senado y Cámara que manejan los temas de salud? Con seguridad se encontrarán respuestas.

cecilia@cecilialopez.com

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