Hablando por los niños
Gracias por caminar con nosotros, dijeron los niños con cáncer, acompañados el domingo por más de 2.000 personas. Con ustedes lograremos ser atendidos, mejorar, salir adelante y tener una vida digna. Continuaremos creyendo que la vida es un sueño, que venceremos las dificultades, que a nuestras edades no deberían existir. Que mientras estemos en tratamiento, tendremos una buena atención, que seguiremos teniendo la oportunidad de jugar y de ser atendidos como seres humanos.
Recibir el cariño y el cuidado de todas las personas que diariamente nos atienden, en una fundación como la de Andrea y Vanessa, en donde nos ayudan a recibir una buena alimentación, a transportarnos a la institución de salud, en donde se nos suministren los tratamientos.
Venimos de todos los rincones del Caribe, de los pueblos más pobres, en donde no hay agua y la luz se va cuando llega la noche, aparecen los sancudos y tenemos que prender humaredas para espantarlos. Nuestros padres nos dejan solos cuando empezamos la vida, en donde desde temprano tenemos que dejar nuestros juguetes y ayudar al sustento de la casa.
Somos testigos de atrocidades, de infamias, crímenes, abusos sexuales, y recibimos maltrato por los mayores. Para el Estado los derechos de los niños deben ser respetados y no lo son, en La Guajira nos estamos muriendo de hambre, en una región en donde el carbón ha sacado millones de dólares. Igualmente están, como en el África subsahariana, muchos municipios de los otros departamentos del Caribe colombiano. No sabemos por qué hay guerra y nos matan o nos llevan desde temprano a matar a nuestros hermanos, queremos la paz y que nos dejen gozar la mejor época de la vida, la niñez.
El 60% de los niños con cáncer no son bien atendidos, la mayoría son diagnosticados tardíamente y cuando esta enfermedad aparece nos toca acudir a la tutela. Las empresas que nos atienden son muchas veces atendidas por negociantes que se han enriquecido con nuestros males y sufrimientos. Alguien tiene que defendernos, por qué no revisar el sistema de atención al menor, los del futuro de la Patria, los que hacemos felices a todos, los que basados en nuestra inocencia no tenemos envidias, no somos hipócritas ni vanidosos, a quienes los mayores consideran, equivocadamente, adultos pequeños. Pero, ¿cuánto no daríamos para volver a ser niños y gozar de la imaginación, de los sueños y castillos a los que solo en esa edad podemos tener?
Al ministro de Salud no lo orientan buenos médicos o tienen que reconocer que se equivocaron al dar plazo de 48 horas a las EPS para la atención de los niños con cáncer, su atención es una urgencia que debe ser de atención inmediata. Por favor, ¡no nos abandonen!
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