Guille Solano
Cuántas cosas buenas convergían en Guillermo Solano Figueroa, caballero guajiro a carta cabal. Poeta primero y comerciante después, pero siempre poeta, fue don Guille un ejemplo del quehacer en las letras y en la vida.
Según los entendidos, su obra cabalgó las más variadas formas, desde lo clásico a lo neoclásico. Y esto sin estimar la vena periodística que lo llevó a fundar el Macuira, un tabloide bimensual que él patrocinaba con sus propios recursos y con su pluma, logrando inclusive que los ahorradores árabes de Maicao pautaran en sus páginas.
Caben tantos merecidos elogios en él, que escribir una nota sobre su personalidad puede rozar en la zalamería. No es así. Este es solo un breve retrato de un personaje muy especial de la Región Caribe, liberal hasta los tuétanos, de partido y forma de vida. Es decir, como lo llaman en México: un liberal de hueso colorado.
Había nacido en Barrancas, en el sur de su departamento, en el mismo pueblo donde Nicolás Márquez, el abuelo de Gabo, mató con una lanza a un hombre que en Cien años de soledad lleva el nombre de Prudencio Aguilar. Historia que el mismo don Guille me contó una tarde de hace 24 años, en la esquina en la que ocurrieron los hechos, con detalles y sapiencia de historiador.
Desde los 70, don Guille se radicó en Barranquilla con toda la prole, en una casa amplia y amigable de la calle 86 que recibía a todos con alegría.
Con impecable letra Palmer escribía dedicatorias perfectas y sinceras sobre los libros que parió sin dolor y con pasión. Su amplia obra, que va desde la poesía, el ensayo y la historia, contempla Surco en la arena, El clamor de la fontana, La pampa y el mar, Camino iluminado, Yivinaca, Alba sin ocaso, Conticinio plenilunar, Reflexiones de un poeta, Retazos de historia Barranquera, Barrancas ayer, hoy y mañana, Mensajes de conducta formal, El aventurero feliz, Autumnal y Pensar, hacer y vivir. Vale destacar que fue el primer poeta en recibir en el Caribe colombiano la Medalla Luis Carlos López al mérito poético.
Fue un patriarca entre su familia y fuera de ella. Así como amigo generoso y mecenas de innumerables intelectuales que se arropaban bajo su manto. Hay que decirlo: se fue en su reconocido optimismo y bondad.
Puso todo su espíritu cívico y empeño en múltiples causas sociales, pero sin duda la que más lo entusiasmó fue la Presidencia de la Corporación de Amigos de La Guajira, una organización que trabajó por los valores y el desarrollo económico y social de ese departamento, al lado de Hernán Baquero, Jaime Moscote, José Soto, Roberto Calderón, Salustio Solano, Hernán Ariza y Pepe Palacio, entre otros tantos.
Dicen amigos muy cercanos que era un erudito genético, a quien su destino le brindó la posibilidad de vivirla a plenitud, haciendo lo que amaba, como era escribir para que el mundo conociera sus sentimientos y sus raíces. No voy a decir paz en su tumba, porque don Guille no la necesita. Vivió en paz y así se fue.
mendietahumberto@gmail.com
Más Columnas de Opinión
¿Qué hacer con las tarifas de energía en la región Caribe?
Las altas tarifas de la energía en el Caribe son un problema social. La afirmación de que mes a mes cientos de miles de familias comen o pagan la luz no es lejana de la realidad. El recibo se puede llevar la cuarta parte de los ingresos de las f
Un faro de esperanza para la juventud
En medio del vendaval de desafíos que enfrenta la juventud contemporánea, marcada por la sombra ominosa de trastornos mentales que irrumpen cada vez más temprano en sus vidas, surge la necesidad imperiosa de tenderles una mano firme, de ofrecer
Café entre Evas
“Qué habría sido de las mujeres en el patriarcado sin el entramado de mujeres alrededor, a un lado, atrás de una, adelante, guiando el camino, aguantando juntas. ¿Qué sería de nosotras sin nuestras amigas? ¿Qué sería de las mu
Para el Descanso
La revisión de los titulares de prensa, o de cualquier otro medio de comunicación, se ha convertido en una seguidilla de sobresaltos. Quizá sea porque en estos tiempos todo se actualiza permanentemente, o porque la dependencia del clic induce l