Me llamó la atención la frase de Alejandro Char –lanzada en medio de los aires bulliciosos de la inscripción de su candidatura– de que Barranquilla entre 2016-2019, si vuelve a ser alcalde, pasará de un presupuesto de unos $6 billones a uno tal vez de 16 o 18 billones. No he leído su propuesta de gobierno. Ignoro si esa meta fiscal aparece ahí. Porque la proyección del marco fiscal de mediano plazo del Distrito contempla en el periodo 2016-2019 ingresos totales por $7 billones 232 mil millones, aplicándole un factor de crecimiento del 4%.

De modo que el presidente Santos, quien anda metiéndole tijera al presupuesto nacional por la contracción de los ingresos fiscales, debería ver cuál es la fórmula que ha ideado Char.

Los especialistas que consulté creen que ni siquiera con otra valorización, un aumento del predial y el cobro de la plusvalía es factible ese ambicioso objetivo presupuestal. Tampoco ven que el Gobierno Nacional pueda soltar la plata por el actual estado de las finanzas públicas nacionales, afectadas por el difícil momento económico ante la caída del precio del petróleo, la devaluación acelerada del peso, el incremento del endeudamiento externo y el desbalance comercial. Además, está en riesgo el programa de modernización en salud porque la ciudad no podrá contar, por la sentencia del Consejo de Estado, con los recursos que han provenido, ilegalmente, del 1.5% sobre las transacciones inmobiliarias, que han permitido construir una serie de Pasos y Caminos en la red hospitalaria. ¿Cómo se le pagará al concesionario en los años que faltan?

He querido traer el tema a mi columna porque Char ha dicho que esta vez está mejor preparado –y más maduro– y ello, entiendo, debe ser señal de rigor en algo tan delicado como las cifras. Ahora, como él ha sido un empresario de decisiones arriesgadas, y Campo Alegre es un magnífico ejemplo, y de alcalde fue capaz de medidas valientes como rescatar la soberanía tributaria del Distrito, yo esperaría que dijera en qué fundamenta su anuncio del crecimiento del presupuesto. Creo que los ciudadanos, en medio de la campaña, tenemos el derecho y la obligación de detenernos en ofertas como estas. Especialmente su único contrincante, Rafael Sánchez Anillo, debería decir qué piensa al respecto. No vaya a ser que el examen crítico de los asuntos de ciudad siga corriendo solo por cuenta de algunos columnistas de opinión.

Me preocupa que frente a un candidato que luce apabullante en las encuestas todo el mundo se vaya a ir de agache para no ganarse el camarón de una excomunión. Me preocupa que la tendencia de la ciudad vaya a ser la acriticidad generalizada. Sería muy grave. Pues ante un líder como Char, de amplia aceptación popular, lo que se requiere es que haya fuertes contrapesos y la promoción de disensos para evitar que prospere la arrogancia de poder y se incremente la corrupción. Mi preocupación es mayor dado que los partidos políticos aquí operan solo para buscar votos, como sea. No debaten nada. Y de ausencia de controles ni se diga. Ni el Concejo ni la Contraloría funcionan para eso.

@HoracioBrieva