El Heraldo

El escándalo de la Fifa

Especialmente el mundo futbolero, medios de comunicación, aficionados, jugadores, dirigentes y  técnicos, todos sabían desde hace bastante tiempo que la Fifa era un nido de ratas, en un sentido estrictamente simple y llano, es decir, un foco de corrupción, de habilidosas y permanentes maniobras politiqueras, de sobornos, chantajes, favoritismos, jugosas comisiones y vida exagerada de lujos y prebendas, viajes por el mundo ‘al inclusive’,  mafias centralizadas en la ‘colocación’ de jugadores mediante el humillante sistema de la propiedad de los pases de los jugadores, que determinan en forma humillante que cada jugador pierde su natural derecho a jugar donde le dé la gana, donde mejor le paguen, donde más le convenga, y no, como sucede en formado vejamen sumiso, donde el intermediario, o los directivos, amigos, previamente seleccionados puedan tener alguna participación, que los mexicanos llaman ‘la coima’.

Ahora que estalla el escándalo por lo que  dicen de diez millones de dólares, pero estamos seguros de que puede ser el triple o más de dicha suma, como es de suponer, muchas federaciones del fútbol en varios países quedaron automáticamente involucradas o por lo menos salpicadas. Pero en Colombia, donde tenemos psicosis de corrupción,  donde la vemos por todas partes, donde la sentimos en carne propia y está enquistada hasta en el alma de los mismos deportes,  sucedió un vergonzoso y desconcertante hecho: cuando no habían pasado veinticuatro horas de conocerse mundialmente el escándalo,  cuando aún los medios de comunicación no habían terminado el diseño de las ediciones inmediatas, cuando apenas madrugaba la humanidad a desayunarse conociendo lo que ya era conocido o confirmando lo que siempre supo todo el mundo, en nuestro país, especialmente la radio, los periódicos y la televisión, salieron a decir, a expresar, a afirmar, que Colombia no se había mencionado, que internamente debería abrirse una investigación para determinar si había o no participación de la Federación de Fútbol, si estaban comprometidos sus directivos, y, con mucho asombro, pero con mucho de ello, se sorprendían en titulares de que ningún colombino figurara entre los sindicados o detenidos inmediatamente.

Da vergüenza semejante postura, como si fuese normal que donde hay corrupción, aquí o en el mundo, tiene que haber un colombiano. Es decir, formamos parte del concepto universal de la corrupción como algo inherente, a lo que debemos pertenecer por derecho propio. No sabemos qué pueda pasar y si a futuro podrán ser vinculados directivos del país. El señor Bedoya ha dado muy claras y contundentes declaraciones de que las puertas están abiertas de su despacho para cualquier investigación. Pero lo que no podemos seguir permitiendo es que por el simple hecho de que sucedan los acontecimientos, ya nos estén involucrando en ellos como si fuese parte de la propia idiosincrasia colombiana. Bastante esfuerzo hacemos los millones de persona correctas que hay en el país para combatir ese cáncer de la vida moderna, para que intereses de la chiva periodística, desesperados por ser los primeros, nos condenen de antemano sin haber levantado un dedo. ¡A qué grado ha llegado nuestra visceral óptica de la conducta de la minoría colombiana podrida y asqueante!

Facebook
Twitter
Messenger
Whatsapp

Más Columnas de Opinión

El Heraldo
Mauricio Cárdenas

A la brava

Gran indignación me causó que el presidente Petro, al referirse al café en la instalación de la mal llamada Asamblea Nacional Cafetera, dijera que “no se produce, se extrae”. Y me sorprendió no solo porque el café se trabaja –y duro–

Leer
El Heraldo
Jorge E. Robledo

Petradas

1.- Entre lo mucho que se ha dicho sobre la reforma a la salud, reforma que se hundió porque Petro perdió el respaldo de Santos, Samper y César Gaviria y de los partidos Liberal, Conservador y de la U –claves para que ganara la Presidencia–

Leer
Ver más Columnas de Opinión
X
COMO REPORTAR A WASAPEA
1. Agrega a tu celular el número de Wasapea a EL HERALDO: +57 310 438 3838
2. Envía tus reportes, denuncias y opiniones a través de textos, fotografías y videos. Recuerda grabar y fotografiar los hechos horizontalmente.
3. EL HERALDO se encargará de hacer seguimiento a la información para luego publicarla en nuestros sitio web.
4. Recuerda que puedes enviarnos un video selfie relatándonos la situación.