El castellano es una lengua rica en todo. Es la segunda más hablada en el mundo y sigue en crecimiento. Los franceses, alemanes, nórdicos, se quedaron en su Europa y defienden sus identidades y sus orígenes, entre ellos, su idioma, que quedó sólo para ellos. Una de las  características más agradables del idioma español es que acoge con flexibilidad e independencia una amplia gama de palabras, términos y frases cortas que provienen de otros terruños pero que los hispano parlantes consideran que deben usarse en nuestro lenguaje siendo aceptadas por la mayoría, generalmente la juventud y, como la costumbre es ley, son adoptadas como propias.

Periódicamente, la Real Academia Española de la Lengua publica los muchos vocablos y acepciones que han sido formalmente incorporados a nuestra lengua madre. Anglicismos y galicismos son la mayoría de los nuevos términos, sin que se queden atrás los españolismos que, por su facilidad de uso, también se han impuesto en nuestro diario conversar hasta que son nominados a ser parte del lenguaje formal. El ‘espanglish’ casi que es ya un idioma formal en los Estados Unidos y qué decir del ‘portuñol’, mucho más proclive a fundirse o confundirse, teniendo en cuenta las vecindades y raíces de ambas lenguas romances.

El padre Santamaría, mi profesor de castellano en el colegio, era incapaz de dejar pasar un ‘hubieron’ o un ‘han habido’. Esas conjugaciones eran inaceptables y cambiar el ‘hubo’ o ‘somos’ era motivo de fuertes penalidades. Hoy, ambas conjugaciones se usan con normalidad y son aceptadas en todos los foros. Pensaba que el uso de ‘colocar’ no fuese susceptible de estudiarse, pero fue imposible, sólo  falta que la gallina ‘coloque’ los huevos para que el verbo entre en la terminología formal del idioma.

En ese orden de ideas, ante sucesos trascendentales se usan palabras que hacen diferencia y convierten a sus voceros en eruditos personajes que presumen conocer del tema. Qué hacer ante el ‘postconflicto’ o cómo iniciar el ‘desescalamiento’ entre los bandos, son temas que dominan las noticias, conversaciones y discusiones. Lo qué va a pasar después de las paces entre los contendientes, cuáles, cuándo y cómo van a ser los pasos para llegar al anhelado final, son los puntos importantes. La paz va porque va –pa'tras ni pa'coger impulso–, cese uni o bilateral del fuego, zona de distensión pequeña o grande, amnistía condicionada o impunidad casi total, ingreso a la política de una vez o el año entrante, sueldo durante los primeros tres o cuatro años para los desmovilizados, referendo, constituyente o simple aprobación del legislador primario y hasta que los guerrillos se conviertan en la gendarmerié del campo colombiano, lo que sea que venga, total, como dice un amigo, ya entrado en gastos...

Tenemos que ser conscientes del gran riesgo que corre el estado de derecho, la economía del país, la seguridad y el futuro de todos nosotros si no somos prudentes y analizamos con racionalidad los pasos para el cese al fuego y, lo más importante, tengamos unas reglas de juego que se cumplan  para que no nos lleven por delante a todos… después de. No esperemos justicia, es muy difícil pero al menos busquemos que Dios, en lo que Él se pueda meter, y Juanpa que será el aparentemente responsable, sepan protegernos.

PD: ¿Por qué será que en las esquinas de Curramba está prohibido virar a la derecha con la luz roja?

fernandoarteta@gmail.com>