Dios parece una Barbie
Estaba una pastora /larán, larán, larito, /estaba una pastora /cuidando un rebañito. /Con leche de sus cabras /larán, larán, larito, /con leche de sus cabras /hacíase un quesito. /El gato la miraba /larán, larán, larito, /el gato la miraba/ con ojos golositos. /Gato, no eches la uña, /larán, larán, larito, /gato, no eches la uña/ que rompes el quesito”.
Sospecho que, de igual modo que en la canción infantil, algún gato metió la uña en la Iglesia de la pastora María Luisa Piraquive, y por efectos del zarpazo, el quesito fabricado cuidadosamente con la leche de las cabras, comenzó a desintegrarse; con mayor razón al conocerse los videos en que ella, cabeza de la Iglesia de Dios Ministerial Jesucristo Internacional, se pronunciaba en contra de que personas con discapacidad física sean las encargadas de difundir desde el púlpito la palabra del Señor. Y claro, en un país que se divide entre quienes recurren a la polémica como distractivo, y quienes se valen de ella para distraerse, se formó el primer escándalo del año 2014.
Indiscutiblemente resulta repugnante que de la boca de un líder –sobre todo de los que pretenden purificar los asuntos religiosos, políticos, éticos y morales que han sido por tradición el fucú de los colombianos– afloren esas sentencias que por humanos se nos ocurren a los humanos. Muy lamentable, pero lo cierto es que ellas no son una novedad, como tampoco lo es que muchos procedimientos se escudan en lo que llaman voluntad del Creador Universal, para justificar fechorías. Ocurre que nuestro Dios, en otra época el Ser invisible e indivisible que describía el catecismo del padre Astete como “un señor infinitamente bueno, sabio, poderoso, justo, principio y fin de todas las cosas”, ha llegado a nuestros días convertido en una especie de Barbie. A manera de la popular muñeca norteamericana que representa la variable e insaciable sociedad capitalista, el Dios que rige nuestros tiempos se concreta a petición particular, según las imposiciones de las voraces y mutantes sociedades corruptas. Si Barbie ha sido adorada en su imagen de Bailarina, Barbie Western, Super Star, Golden Dreams, Barbie Hindú, y muchas otras, el Dios que ahora se venera tiene innumerables formas y un espíritu al que intentan atribuirle intereses políticos, económicos y ambientales, y cuya esencia varía según la interpretación que de Su palabra hacen las distintas religiones. De manera que no hay por qué desgastarse poniendo a Dios de por medio en el caso de una mujer que es sólo un asunto de hombres. Si no me equivoco –como pudiera ocurrir dada mi precaria condición de Ser Humano– el escándalo alrededor de la pastora Piraquive radica en quién va a quedarse con el queso fabricado con la leche de montones de cabritas, que dicho sea de paso, es una práctica muy común en nuestra clase política. El final ya lo sabemos; como en la canción, y después de las elecciones, terminarán entendiéndose entre ellos. “De penitencia te echo /larán, larán, larito, /de penitencia te echo /que me des un besito. /El beso se le dio /larán, larán, larito, /el beso se le dio /y el cuento se acabó.
berthicaramos@gmail.com
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