Cuando el fútbol señala el camino de la vida
Dicen que en los pueblos pequeños los sucesos de la vida cotidiana marcan el acontecer diario, para hacer de ellos la noticia que cabalga muchas veces sin consideración. Ese adagio popular que dice “pueblo pequeño, infierno grande” les cae como anillo al dedo a la mayoría de nuestras poblaciones.
Puerto Colombia no se escapa de esa costumbre, donde la fama de las personas no dura más de tres días, como lo afirmó una vez nuestro Nobel de literatura. Este hermoso balneario, con un mar impredecible por el cambio de sus tonalidades y la furia de sus olas, es la tierra de su hijo predilecto, que un día se fue tras un balón de fútbol con la esperanza de cambiarle el decorado a su vida. Cuando todavía no había atravesado el charco como popularmente se dice, el joven jugador porteño despuntaba por sus goles, más no por su comportamiento.
Había heredado de este reducto turístico, que los fines de semana parece una cantina abierta, los placeres de esa vida alicorada, salpicada con la música estridente que invade el entorno.
La noticia volaba como pólvora, afirmando que el diamante en bruto era indisciplinado con su vida.
En el parque, en la peluquería, en la plaza, en el malecón, la noticia de sus goles lo mostraba como un ariete de condiciones excelsas, pero debía irse de este lugar con historia, que un día se le comenzó a caer su legendario muelle ante la mirada impávida de todos.
El sueño dorado no podía culminar en un ambiente enrarecido, era necesario fortalecer el espíritu del goleador, y así sucedió, el día que se marchó dejando atrás esa estela de vida alucinante. Muchos aseguran que la metamorfosis tiene su origen en la costilla que lo acompaña.
Los cuidados, los consejos y el amor de su esposa Shayira, le hicieron ver, que esa joya para que mantuviera siempre su brillo natural, era necesario cambiarle el sentido a la vida. Hoy resplandece en un medio tan difícil y competido como el europeo, demostrando que con disciplina y tenacidad, el fútbol es también un excelente medio para transitar con éxito por el duro camino de la vida.
Su reluciente rostro que apareció en primera página del periódico EL HERALDO, es una muestra fehaciente del trajinar por la alfombra roja que le espera a este ariete enamorado de las redes contrarias. Ahora en las esquinas solo se habla de las proezas de este jugador que un día no muy lejano salió de su tierra natal con la esperanza de ganarle la partida a la vida. Su nombre es ya sinónimo de gol.
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