Un porcentaje muy bajo, quizás, de Colombia, ha entendido y comprendido a cabalidad la importancia que tiene para nosotros la sociedad que hemos contraído con México,  Perú y Chile en el Convenio Asia-Pacífico. En el mundo empresarial y comercial nuestro, posiblemente tengamos más conocimiento de esta Alianza que puede representar para el país en términos cuantitativos convertirnos en pocos años, los cuatro estados, en la octava economía regional del mundo. Pero así somos nosotros: siempre estamos más pendientes del crimen, el robo y el secuestro porque es más noticia y hace más ruido.

De veinte años para acá las cantidades de bienes exportados del país y las divisas recibidas se duplicaron. En 1993 exportamos cerca de 9.100 millones de dólares, y en el  2013, 19.140 millones de dólares. En importaciones, en esos mismos veinte años pasamos de 9.000 millones de dólares a 53.734 millones de dólares. De estos porcentajes hoy día, un cerca de 38% está saliendo para Asia y los países con costa en el océano Pacífico. Pero según Latin Pocus Consensus Forescast, verdadera autoridad en la materia, en  cinco años nuestras exportaciones llegarán a más de 90.000 millones de dólares siempre y cuando continué la modernización de los puertos, las aduanas y la infraestructura en vías de comunicación. Inclusive Fedesarrollo estima que en los próximos cinco años el sector manufacturero podrá aumentar su estadística en el PIB que es hoy del 15% gracias a la Alianza Pacífico.

La Universidad Externado de Colombia acaba de publicar el libro Colombia en el sistema internacional: su proyección en Asia, que es una joya. Traducido a varios idiomas asiáticos, inclusive tiene entre sus capítulos uno interesantísimo escrito por el distinguido diplomático y profesor Jesús Arturo Gálvez Valega, director del programa de Ciencias Políticas de la Universidad Autónoma del Caribe, que en forma brillante hace un análisis geoeconómico de las relaciones de Colombia con el Asia-Pacífico como región en el que demuestra cómo históricamente a través de los años, el país ha perseguido esos mercados y ha pertenecido a organismos de consulta como el Consejo de Cooperación Económica (PECC); el Consejo Asesor de la Cancillería (PECC-Colpecc), creado en 1987; el Consejo de Cooperación Empresarial (PBEC), el Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (Apec); el Focalae, que es el Foro de diálogos entre los dos continentes y otros acuerdos más que ahora, con la Alianza actual, despegan con enorme fortaleza.   Gálvez Valega en su profunda investigación de altos méritos llega inclusive a citar a Confucio, el gran maestro de la filosofía política oriental, desde donde establece que arrancan las geoestrategias y geopolíticas asiáticas proyectadas hacia estos continentes.

Naciones como China, India, Japón, Corea del Sur, Tailandia y estados como Singapur,  que fácilmente entre ellos pueden albergar el 40% de la población mundial, tienen la necesidad de diversificar sus importaciones porque sencillamente no alcanzan a producir para las urgencias que tienen de subsistencia así contemplen unas de las economías más dinámicas del universo. Ahí es donde  entra Colombia con sus vecinos del Pacífico a encontrar el nicho apropiado para los Tratados de Libre Comercio y la intensificación de  estos comercios que van a dinamizar mucho más nuestra producción. Temamos por delante unos retos inmensos en este sentido, comenzando por la alta calidad. Ojalá sepamos aprovecharlos y desarrollarlos.