Definitivamente el cangrejo perverso y asesino sigue su marcha en Colombia, cobrando cada año más y nuevas víctimas. En los últimos 25 años, el cangrejo del cáncer está multiplicándose en la población colombiana, especialmente en dos de sus presentaciones: el cáncer de próstata y el cáncer de seno. 

De acuerdo con el estudio publicado por la revista Jama Oncology, ‘La carga mundial del cáncer 2013’y que  adelantó el Instituto para la Medición y Evaluación de la Salud de la Universidad de Washington, en Colombia, desde 1990, los casos de cáncer de próstata se han cuadruplicado, mientras que en el mismo lapso los casos de cáncer de seno se han triplicado. Y es que las cifras no mienten: entre 1990 y el 2013 el número de nuevos casos de tumores malignos de próstata al año pasó de 3.200 a 13.200 casos y el de seno de 3.000 a 9.400.

Mientras la semana anterior se conocían estas cifras del comportamiento del cáncer en Colombia en estos cinco últimos lustros,  al mismo tiempo los colombianos también conocieron que la dirección distrital de salud de Cartagena ha requerido a la Superintendencia Nacional de Salud la revocatoria de habilitación de cinco aseguradoras en salud, entre las que hay algunas del régimen contributivo y otras del subsidiado, entre otros aspectos, “porque vulneran el sistema General de Seguridad Social en Salud y el derecho a la salud”. En el oficio enviado al Superintendente, la dirección distrital de salud de la capital bolivarense especifica que esas EPS han venido “vulnerando reiterativamente los derechos a la salud de sus afiliados y de manera particular el de sus niños, niñas y adolescentes con cáncer”.

En otras palabras, de acuerdo con esa solicitud de revocatoria de habilitación a esas agencias del aseguramiento en salud, en Cartagena se ha comprobado que al cangrejo asesino lo están ayudando en su maléfico recorrido de cegar vidas, las mismas entidades que el estado definió debían garantizar la atención en salud de los ciudadanos residentes en Colombia y que entre otras obligaciones tienen las de prevenir, detectar precozmente y tratar oportunamente el cáncer.

Hace sólo tres semanas atrás, la Superintendencia Nacional de Salud había anunciado la aplicación de sanciones consistentes en multimillonarias multas a algunas de estas entidades que operan el aseguramiento en salud en el sistema general de seguridad social colombiano, y la razón de las multas precisamente fue el incumplimiento en la prestación de servicios a pacientes con cáncer entre los que se encuentran menores de edad y adultos mayores, justamente grupos poblacionales sujetos de especial protección

Indiscutiblemente no resulta para nada esperanzador lo que se dice sobre la progresión del cáncer en Colombia y lo que más preocupa, generando además fuerte indignación, es que las entidades en quienes el estado confió la responsabilidad de proteger la salud de las personas en este país, precisamente son las que están dejando de cumplir con esa misión que mensual y oportunamente el sistema les paga.

Así ni modo, si estos costosos actores del sistema siguen dándole esa “ayudita” al cangrejo asesino, si no previenen su aparición, lo diagnostican y tratan oportunamente, el cáncer seguirá acabando con la salud, la esperanza y la  vida de muchísimos colombianos más cada año.  

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