¡Aquellos referees sí tenían pantalones...!
Aunque la pública promesa la hicimos fue en “Desfile Deportivo”—no en estas columnas— igual es de valedera la ocasión: dar de nuestra parte lo que podría ser una solución para sacar o cuando menos restar esos campeonatos mundiales de boxeo en esa “Cueva de Rolandos” que es el estado de Neveda y su “niña bonita” que es Las Vegas, otrora capital universal de los divorcios en cuestión de horas y hoy por hoy bastión boxístico para proferir fallos escandalosos por la deshonestidad como se profieren. Verbigracia, dique la victoria dizque la victoria de Floyd Mayweather sobre el argentino.
¿Cómo es posible que a estas alturas del siglo XXI unos jueces pícaros conviertan en sus tarjetas de ganador a un púgil que estuvo corriendo en el 80% de los 12 asalto? Y semejante atraco pugilístico resulta inmodificable por obra y desgracia de una Comisión de Boxeo del estado de Nevada, que de contera también afirmamos abiertamente que sus miembros son de la misma calaña de quienes votaron que el púgil americano había americano había resultado por arte de birlibirloque en triunfador del combate
La mentalidad de los tiempos que andan y cuya transformación se convirtió de cobardona en cualidad deslumbradora con su gran personero, don Casius Clay, alias Mohammad Alí, el hombre que salía a recorrer todo el cuadrilátero y los grandes pendejos detrás de él, hasta cuando el Alí decidía por sí y ante sí que “ya debería entrar a pelear”, no hubo espectador de boxeo que no hubiera visto aquello por TV ¿Sí o no? y qué hacían los referees ante semejante espectáculo. Estos de ahora, “nada como la naranja” helada, decía un nieto nuestro, que los de antaño le habrían parado el “caminao” al Alí, pero más que repiaidito.
Los correntones de los viejos tiempos eran detenidos en el mismo primer asalto, para la notificación inevitable del árbitro “¿Dígame una cosa, usted ha venido a correr o a pelar? Si me sigue corriendo lo bajo del ring”. Así eran los árbitros boxísticos de antaño. Y no se crean que se lo hacían únicamente a buchiplumas. Harry Wills, alias la Pantera Negra. El referee le dijo que entrara a pelear contra Kack Sharkey y no hizo caso. Ahí mismo fue descalificando, porque así eran los referees de antaño, no los de hogaño, que son unos perfectos huevatas.
Bien, o mal: Se nos fue el espacio que íbamos a consumir como posible solución a un boxeo en poder de vagabundos pero ya le daremos una segunda pasada al tema.
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