Algunos de mis últimos artículos se los he dedicado a las obras viales y de canalización de arroyos que adelanta actualmente la Administración distrital en el norte de nuestra ciudad porque considero conveniente transmitir lo que significarán estas obras cuando estén terminadas y prestando sus servicios a cabalidad. Hoy me limito a la injustamente cuestionada ampliación de la carrera 51B, bajo el argumento de que su concreto se encontraba en buen estado y lo que se amplía es muy poco. Es cierto que su calzada no ofrecía los cráteres de otras vías de la ciudad, pero sí que casi el 70% de sus losas estaban agrietadas de manera longitudinal, y su deterioro se incrementaba rápidamente, así que para ampliarla era indispensable su demolición y sustitución, además por el hecho de que debajo de las nuevas calzadas se han instalado tuberías para drenar escorrentías pluviales con parrillas metálicas para recolección de sus aguas, antes inexistentes.

De manera inexplicable, los quejosos omiten el tema de que en esta obra se incluye la ampliación a doble calzada y con esto a dos sentidos viales, el tramo comprendido entre las calles 87 y 98, hoy de un solo sentido vial, de bajada. Este cambio mejorará muchísimo la movilidad en un amplísimo sector del norte, y aliviará el pesado tráfico de subida en la carrera 53 desde la calle 87 hacia arriba, ya que se generará una nueva alternativa vial hoy inexistente. Ojalá en una segunda etapa la carrera 51B se amplíe también entre las calles 84 y 87, en una tercera desde la calle 80 a 84, y desde la 76 a la 80 en una cuarta y última etapa. Con esto se ampliaría el alivio del excesivo tráfico de la carrera 53 en un extenso tramo hoy saturado. También se debe analizar como positivo que las obras que se están ejecutando incluyen la modernización del entorno de dicha carrera 51B, con postes metálicos y luminarias de tecnología LED, unificación de los andenes, con rampas para discapacitados, completa señalización y nuevo mobiliario urbano, así que quienes entren a la ciudad por la 51B desde la Circunvalar o desde la Vía al Mar, se llevarán una magnífica impresión, diferentísima a la desagradable que ofrece la llegada por la calle 30 desde el aeropuerto.

No sobra analizar una equivocada opinión que se ha propagado por años, calificando al puente de la carrera 51B sobre la Circunvalación como una obra mal diseñada y construida, por el hecho de tener una leve curva y de no contar con las llamadas orejas. En los países desarrollados hay miles de puentes curvos y de pasos a desnivel sin accesos directos a las vías que estos salvan, sobre todo, como en el caso local, cuando existen vías paralelas muy cercanas que sí cuentan con las mencionadas orejas. El paso a desnivel de ese corredor universitario se encuentra a escasos metros del de la carrera 46 y del paso deprimido de la carrera 53, que sí cuentan con accesos a la Circunvalación. No hay razones para que esta vía ubicada entre las dos anteriores, deba contar también con dichos accesos, siempre que cuando amplíen la Circunvalación en ese tramo, se mantengan sus dos accesos actuales, uno subiendo y otro bajando. Hay que recordar que el actual puente de la 51B será reformado dentro de las obras que actualmente se adelantan en la ampliación de la Circunvalar en ese tramo, y exigir que en esos trabajos sí se incluyan paisajismo y zonas verdes de calidad.

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