Algo de lo que no hizo Juampa
Ha sido este el gobierno de los anuncios y promesas. Y de los incumplimientos, por supuesto.
Apenas iniciado, sorprendió al país un calamitoso invierno que notificó a todos de la mediocre capacidad de respuesta de Juampa frente a los problemas que debía sortear. Ahí fue donde inauguró su estilo de falso promesero, asegurando que el desbordamiento de los ríos estaba diciendo cuántos poblados tenían que ser trasladados, cuántos cauces intervenidos, cuántas zonas cuidadas para que sirvieran de natural descanso a las aguas. Cinco años después no hay un pueblo que cambiara de lugar, ni un río con obras de drenaje, ni una zona protegida. Nada.
Del cambio climático sabe todo el mundo. Hasta Juampa. Solo que a quien le corresponde preparar al país para los largos e inclementes estíos no es al ciudadano común, sino al Presidente. El verano que nos agobia ha puesto de presente que también en este punto sale claro que no tenemos mente lúcida para prevenir ni corazón valiente para luchar.
Lo más elemental para salir al paso de las sequías es almacenar agua. Se le ocurre al más palurdo. Menos a Juampa. Después de sus 5 largos años de gobierno no puede mostrar una presa, ni un reservorio. A Santos no se le ocurrió siquiera lo que hizo Franco en España hace sesenta años con sus famosos “pantanos”. Era cosa de copiar. Nada más. Pues nos morimos tostados al sol, sin gota de agua, y la que corre sigue su camino al mar, sin que nada la detenga. Podríamos aceptar que hubiera quedado corto un gran esfuerzo por regular ríos y quebradas. Pero cuando no hay ninguno, solo queda por reconocer que no hay Presidente.
Los veranos traen incendios. ¿Quién no lo sabe? Juampa, desde luego. Parte el alma ver cómo acuden contra las llamas bomberos, policías, soldados y voluntarios, llevando por toda munición un balde o un azadón. Y cuando la cosa se extiende muchos días, llegan uno o dos helicópteros a depositar lo que pueden, unos baldados mayores. ¿Dónde están los aditamentos que en todo el mundo se agregan a los aviones para lanzar aguas por toneladas contra los incendios? Como no interesan a nadie de la ‘mesa’, ni producen votos, no existen.
Nuestras cárceles son una vergüenza. El hacinamiento que nos muestran las cifras y los videos, inhumanos. Fuentes inexorables de corrupción y de enfermedades, incumplen trágicamente las obligaciones de resocialización de los delincuentes. ¿Conoce usted, querido lector, una cárcel construida en este gobierno? Por supuesto que ninguna. Pero aguce la memoria y recordará que se prometieron megacárceles, con la más moderna tecnología y los mejores métodos de aprendizaje y trabajo para los detenidos. Por supuesto, nada.
Haga un alto en el camino y repase las inauguraciones de centros hospitalarios nuevos o siquiera de antiguos renovados en su equipamiento y estructura. Nada, ¿verdad? O de inmensas universidades, o de extraordinarios colegios que abrieran la puerta a la esperanza de mejorar la educación. Cero.
¿Y qué producimos que antes no produjéramos? Ni una fábrica para mostrar. Ni una hectárea nueva para la agricultura. Desde luego, el anuncio de que el doctor Iragorri ya tiene un plan para un millón de hectáreas, que se sumarán a los reservorios, los aviones contra incendios, las megacárceles, las fábricas y las carreteras de última generación. Ya verán...
Más Columnas de Opinión
¿Qué hacer con las tarifas de energía en la región Caribe?
Las altas tarifas de la energía en el Caribe son un problema social. La afirmación de que mes a mes cientos de miles de familias comen o pagan la luz no es lejana de la realidad. El recibo se puede llevar la cuarta parte de los ingresos de las f
Un faro de esperanza para la juventud
En medio del vendaval de desafíos que enfrenta la juventud contemporánea, marcada por la sombra ominosa de trastornos mentales que irrumpen cada vez más temprano en sus vidas, surge la necesidad imperiosa de tenderles una mano firme, de ofrecer
Café entre Evas
“Qué habría sido de las mujeres en el patriarcado sin el entramado de mujeres alrededor, a un lado, atrás de una, adelante, guiando el camino, aguantando juntas. ¿Qué sería de nosotras sin nuestras amigas? ¿Qué sería de las mu
Para el Descanso
La revisión de los titulares de prensa, o de cualquier otro medio de comunicación, se ha convertido en una seguidilla de sobresaltos. Quizá sea porque en estos tiempos todo se actualiza permanentemente, o porque la dependencia del clic induce l