Daniel Abraham Rabinovich murió el viernes anterior, a sus 71 años, en Buenos Aires.

Fundador en 1967 y miembro de Les Luthiers, el grupo de humoristas más importante de Argentina, Neneco, como lo llamaban sus amigos, era el más gracioso de los cinco.

Rabinovich, hombre lleno de anécdotas, histriónico como pocos, más que escribir y componer, nada le gustaba tanto como actuar en público, porque se crecía en el escenario. Tocaba la batería, soplaba el trombón de vara, cantaba boleros y lo confundía todo. Lo suyo, como el jazz, eran la improvisación y la espontaneidad. El público estaba pendiente siempre de sus juegos de palabras y sus monólogos disparatados. Con él se fue Esther Píscore, su personaje inolvidable.

Abogado, actor, administrador, narrador, exganadero, actor de televisión, escritor de dos libros de cuentos, amante del billar, el fútbol y la buena comida, fue un cocinero estupendo del bife a la brasa, las morcillas y los chorizos.

Su tocayo y colega Daniel Samper Pizano lo invitó en 2009 al Carnaval de las Artes, en el que Rabinovich nos habló de las cumbias de Les Luthiers. “Por lo menos dos. Hay una en Don Rodrigo Díaz de Carreras, cuando Don Rodrigo pasa por Colombia, y tenemos otra en Lutherapia, una cumbia intelectual, epistemológica. La historia de un tipo que se va a un baile y en medio de la pista aparece una mujer, una diosa divina que le empieza a hablar de epistemología, de estructuralismo, de Kierkegaard y Sartre”.

A Samper, Rabinovich le comentó sobre la universalidad del humor de Les Luthiers: “Aprendimos, con las giras internacionales, que para nosotros no cambia el idioma pero sí cambian las orejas, los acentos. Aprendimos que no queríamos cambiar el acento, como no lo estoy cambiando ahora. Somos más cuidadosos, hablamos en argentino pero aprendimos a escribir en un idioma que pueda entender todo el mundo, en un castellano que podamos entenderlo todos”.

¿Por qué no hay mujeres en Les Luthiers?, le preguntó Daniel Samper, y Rabinovich respondió: “Les Luthiers no es un grupo abierto. No es una institución en la que uno pueda tocar el timbre y entrar. Simplemente se armó así. Pero sí hay mujeres, muchísimas mujeres. En Les Luthiers tenemos cerca de veinte matrimonios”.

El suyo es el único, le dice Samper y Rabinovich acepta: “Es el único. Entre mis cuatro compañeros tienen cerca de veinte matrimonios, yo tengo uno. Claro que hubo una mujer durante un año: yo tomé licencia porque quería terminar mi carrera de abogacía y ella entró para remplazarme a mí. Era una chica que tocaba violines y de casualidad estaba casada con un tipo Rabinovich. La casualidad total”.

Se refería a su esposa, Susana. En la extensa entrevista, Daniel Samper le pregunta sobre el futuro de Les Luthiers, que estaban entonces cumpliendo 41 años de existencia, y Daniel Rabinovich le confiesa: “Somos viejitos ya, tenemos sesenta y no vamos a vivir cuarenta años más. Seguir escribiendo espectáculos es complicado, pero vamos a trabajar unos años más, divirtiéndonos, matándonos de risa y felicidad”.

Nuestro más sentido abrazo de condolencia a sus familiares y a todos los amigos que dejó el gran Neneco en el mundo.