En Bosconia, una pelea entre David y Goliat
139 familias que viven a quince metros de la línea férrea ganaron por segunda vez una tutela para suspender las operaciones nocturnas del tren de Fenoco. Minminas pide a la Corte Constitucional moderar la medida.
Cuatro mil habitantes de Bosconia llevan 18 años durmiendo en medio de sobresaltos porque a diez metros de sus viviendas cada media hora pasa el tren de carbón con 100 vagones que cargan 35 toneladas del mineral, cada uno.
“Lo nuestro es un calvario, nadie permanece tranquilo ni de día ni de noche”, asegura Jorge Gutiérrez, presidente del Comité Cívico Bosconia sin Contaminación, uno de los líderes que ha luchado para que el tren no pase al menos por las noches, tal como lo sentenció la Corte Constitucional, medida que empezó a aplicarse desde hace diez días.
Lo anterior, atendiendo una acción presentada por 139 familias que viven a escasos 15 metros de la línea férrea.
El abogado de estas familias, Jhon Garrido, indicó que esta insistencia del Gobierno nacional en mantener funcionando el tren del carbón no es más que una “terquedad ”con grandes efectos sociales.
La solución -asegura- es la variante que el mismo Ministerio de Ambiente solicitó para sacar al tren de Bosconia, la cual tendría una inversión, según él, de 5.000 millones de pesos, indicando que la suma es irrisoria frente a las pérdidas que estaría generando parar las locomotoras durante las noches.
Barrios como Estación, Miramar, Uribe, El Carmen, Enrique Aarón, 18 de Febrero y Paraíso son afectados por los altos niveles de contaminación ambiental que dejan las máquinas de Fenoco.
“No ha sido fácil convivir con los impactos del tren. Muchos sufren enfermedades respiratorias, sordera, insomnio, malestares en la visión, y sus casas están agrietadas por las vibraciones que producen las locomotoras”, asegura.
El tren lleva el carbón desde las minas del centro del Cesar hasta Ciénaga, Magdalena.
Primera batalla. Después de una prolongada lucha para por lo menos dormir tranquilos; en diciembre de 2012, la Corporación Autónoma Regional del Cesar, Corpocesar, como autoridad ambiental en el departamento, expidió la Resolución 1410 que ordenaba a la empresa Ferrocarriles del Norte de Colombia, Fenoco, parar los trenes en el horario de 10:30 p.m a 4:30 a.m.
Para tomar la decisión, Corpocesar se basó en los resultados de un estudio que reveló indicadores de ruido por encima de los niveles permitidos por la legislación colombiana. Así, registró que en las zonas residenciales o exclusivamente destinadas para desarrollo habitacional, donde el nivel máximo permisible es de 65 decibeles en el día y 50 en la noche, se excedía en 8,8 y 25,9 decibeles, respectivamente.
“En general, las excedencias de nivel respecto al estándar dado en la Resolución 0627 de 2006, son mayores en el horario nocturno en todos los puntos de medición, dado que la cantidad de operaciones del tren en este horario nocturno no cesa y es casi igual que durante el día”, argumentó la corporación.
Dos meses después, febrero de 2013, Fenoco acató la medida, pero la decisión se vino al piso un mes después porque la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales, Anla, como instancia superior, revocó la medida de Corpocesar y autorizó que los trenes volvieran a rodar de noche.
La primera batalla. Con esta determinación de la Anla volvió el calvario para los vecinos de la línea férrea porque las locomotoras reanudaron operaciones. “Aquí uno no puede ver televisión, ni escuchar radio, tampoco hablar por teléfono porque el ruido no deja”, dice Jorge Gutiérrez.
Para Leonardo Barros, otro de los afectados, la situación es una constante para las 650 familias.
Tras la caída de la medida de Corpocesar, 139 familias de la zona, iniciaron una batalla jurídica que finalmente les dio la razón en 2014: la Corte Constitucional mediante la sentencia T-672, ordenó a Fenoco suspender de manera definitiva el tránsito de las locomotoras entre las 10:30 de la noche y 4:30 de la mañana todos los días, resolviendo en última instancia una acción de tutela en la que la comunidad expuso los daños ambientales y riesgos a la salud por esta actividad.
Luis Cano, vicepresidente del Comité Cívico Bosconia sin Contaminación, calificó como un triunfo de la comunidad el hecho que el alto tribunal haya puesto control al paso de los trenes en horas nocturnas e insistió que la solución definitiva es la construcción de una variante a 5.7 kilómetros del pueblo como lo establece un auto del Ministerio de Ambiente. La orden de la Corte comenzó a aplicarse hace menos de 15 días.
“Moderar la medida”. Argumentando que parar el tren del carbón en las noches, generaría pérdidas anuales por más de $550.000 millones en regalías e impuestos al país, el ministro de Minas, Tomás González, solicitó a la Corte Constitucional moderar la medida.
De acuerdo con los cálculos de la cartera ministerial, se dejarían de recibir regalías y compensaciones por $210.000 millones y unos $346.000 millones por concepto de impuesto de rentas por año.
Esto a razón que por seis horas diarias el tren dejaría de transportar 32.000 toneladas de carbón, lo que al mes representa 960.000 toneladas y al año 11.520.000. No obstante, señala que “podría ser mayor, teniendo en cuenta que la producción proyectada en los planes mineros de 2015 es pasar de 46 millones de toneladas a 54 millones”. De acuerdo con el Ministro se perderían además 5.448 puestos de trabajo directos con las compañías y 21.337 indirectos.
Esto sin tener en cuenta que parar el tren del carbón, representaría volver a incrementar el uso de tractomulas para continuar llevándolo hasta los puertos, con el consecuente incremento de los costos del transporte y un mayor impacto ambiental.
El ministro pidió al tribunal diferir la orden de suspensión de la actividad férrea en Bosconia por un término de seis meses, que responda a las particularidades técnicas de las medidas a implementar y a los trámites ante las autoridades administrativas para su aprobación, validación y verificación, de manera que mientras se adecúan las condiciones para el funcionamiento del tren y garantizar la mitigación del ruido a los límites permitidos establecidos por la ley, sea posible continuar la operación ferroviaria.