El Heraldo
Aquí vivieron por años la madre de Gabo, Luisa Santiaga Márquez, y hermanos del Nobel. Wilfed Arias
Bolívar

La casa de los García M., igual como hace 44 años

Ubicada en el Pie de La Popa, en Cartagena, fue vendida por el padre del Nobel por 45 mil pesos.

En Cartagena, en los límites entre los barrio Pie de La Popa y Lo Amador, justamente a la subida del cerro de La Popa, la gente ha visto en estos días a turistas disparando sus cámaras fotográficas a una casa de arquitectura de los años 60, 70, amplia y común.

Podría ser una más del vecindario, si no fuera por los inquilinos que tuvo  son personajes de una historia de gloria construida por un escritor que le dio fama y buen nombre a Colombia.

La vivienda en mención perteneció a Gabriel Eligio García Martínez, el telegrafista de Aracataca, Magdalena, padre del Nobel de Literatura Gabriel García Márquez.

La vivienda conserva la misma estructura de su diseño inicial, excepto el piso, cuyas baldosas originales se deterioraron y fueron cambiadas por cerámica moderna. También se le instaló el cielo raso, que no tenía desde cuando los García Márquez vivían en ella.

Hasta hace poco tiempo los hermanos del autor de Cien años de soledad, solían llegar a la casa para verla, recordar los tiempos idos y sentarse en el patio a comerse un mango alcanzado de las ramas del árbol, como cuando eran jóvenes.

En 1970, el señor Gabriel Eligio puso en venta la casona que se encuentra en la populosa calle Piñango. Entonces Víctor Flórez Samudio (q.e.pd.), oriundo de Tolú, Sucre, supo y se interesó por la vivienda.

Logró un acuerdo con el dueño y selló la compra del inmueble por $45.000, gracias a un préstamo que le hizo en desaparecido Banco Central Hipotecario.

“Gabriel García era igualito a su padre Gabriel Eligio, siendo el viejo más alto”, contó Aydée Torres de Flórez, la esposa de comprador de la casa de los padres del Nobel. 

La mujer y algunos de sus hijos llevan habitándola 44 años, siempre conscientes de allí vivieron los  García Márquez, entre ellos Aída, quien, con sus hábitos de monja solía visitar a los Flórez para pedirles que   dejaran la casa tal como la había recibido.

Emir,  Flórez, hijo de Aydée, dijo que en una ocasión uno de los hermanos de Gabo llegó de Europa a visitarlos para ver la casa de su juventud y les pidió que se la vendieran. Los García Márquez dejaron aquella casona para mudarse a Manga. Por los años 70 ya el novelista, creador de Macondo, empezaba a tener notoriedad y su obra Cien años de soledad era reconocida en varios países del mundo.

Muchos años después, el novelista y su esposa Mercedes Barcha vivieron dentro de la ciudad amurallada de Cartagena en una casa diseñada por Rogelio Salmona. Los turistas siempre se acercan a tomarse fotos en la fachada y ahora están dejando hasta flores por la partida de Gabo.

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