Liberadas 33 tortugas en Isla del Rosario
La jornada de liberación de esta especie la adelantan Parques Naciones y la Armada Nacional.
Cuatro metros y cincuenta y siete centímetros tuvieron que aletear en la arena treinta y tres tortugas marinas -verde y carey- para alejarse, ojalá por siempre, de su cautiverio. Las esperaban las aguas tibias de la libertad del mar Caribe, donde reiniciaron sus vidas.
Hace cinco años se cumplió este ritual de conservación con doscientas tortugas y el año pasado fueron sesenta. Las treinta y tres liberadas este miércoles -y es la jornada diecisiete de este tipo que se realiza en las playas de isla Arena, en el archipiélago de Nuestra Señora del Rosario-, son un mal síntoma.
Para el capitán de corbeta, Carlos Andrés Martínez Ledezma, Jefe de Área Protegida de Parque Nacional Natural Corales del Rosario y San Bernardo, esta reducción da una idea de la escasez de esta especie.
Incluso, se lamenta de que, si sigue su cacería indiscriminada, habrá generaciones que no las conocerán debido a que desparecerán de la faz de la tierra (y del mar).
Mientras a decenas de kilómetros del mar de las islas, en la esquina de la calle San Juan de Dios, y otros en otros sectores de la ciudad fortificada, hombres con sus icopores sigan vendiendo objetos de carey (hechos con el caparazón de estas tortugas), esta especie seguirá corriendo peligro inminente de extinguirse.
Liz Andrea Vergas Castro, de 10 años, tenía una felicidad en su corazón que se le salía por los ojos y por los poros de su cuerpo. Ella llegó de la isla de Barú y acababa de, con sus propias manos, liberar a una tortuga nerviosa que se fue rauda en busca de las olas del mar.
"Fue súper chévere verla cómo se fue corriendo a comenzar su nueva vida. Es que debemos dejarlas vivir, ellas merecen vivir, como nosotros", dijo extasiada.
Fueron 25 niños y niñas del colegio Ambientalista de Cartagena; de instituciones públicas de las islas de Barú e Isla Grande, en esta ciudad; y del corregimiento de Labarcé, de San Onofre, Sucre. Ellos sirvieron de testigos de esta liberación de tortugas, junto con otros 27 adultos.
Sofimar Barrios, otra niña de Barú, dijo que le dio alegría ver a los animales irse al mar. "No entiendo por qué algunos les quitan la libertad y la vida, les hacen daño", agregó.
Sin embargo, esta ceremonia de reivindicación con la naturaleza no es la garantía total de que estas especies marinas no vuelvan a caer en manos de depredadores. Según el capitán Martínez existen pescadores y cazadores que venden los caparazones y la carne a inescrupulosos para comercializarlos.
Agregó que por eso es la importancia de la presencia de niños y niñas en esta liberación, porque les genera conciencia de la importancia de preservarlas y evitar su extinción.
El líder del Consejo Comunitario de Islas del Rosario, Eber de la Rosa Morales, después de los aplausos de celebración por el ingreso del total de las tortugas a su hábitat natural, dio un discurso para llamar la atención de que "no nos podemos quedar con esta liberación, hay que hacer acciones complementarias".
Se refirió a intensificar una campaña que llame la atención sobre la protección de los arrecifes de coral. Añadió que hay que "sentarnos con los pescadores y lancheros para evitar que sigan haciendo daño a los corales del Parque". Sostuvo que ha visto cómo los turistas se tiran encima de los arrecifes y nadie les advierte del daño que causan.
El capitán Martínez dijo que las tortugas liberadas estuvieron un tiempo atendidas en el Oceanario de las islas del Rosario y que fueron dejadas en libertad con unas identificaciones que servirán para monitorearlas y tratar de garantizar la continuidad de su vida en libertad.
La acción fue organizada por Parque Nacional Natural Corales del Rosario y San Bernardo y la Armada Nacional. Y contó con el apoyo de la Alcaldía, la Gobernación de Bolívar, Defensa Civil y la Organización Nacional de Seguimiento y Seguridad Acuática, entre otras.
