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El “yo” y “nosotros” de las redes sociales
La demostración del “yo” a cambio del reconocimiento social en línea.
El selfie se conoce como aquel autorretrato que se realiza el mismo usuario a través de un dispositivo móvil, el cual posteriormente va a parar a las redes sociales. Se inundan sus perfiles de las mismas poses y fotografías banales que reflejan la apariencia del otro: “muestro lo que quiero que vean los demás”.
Dicen, que las redes sociales están aumentando los niveles de narcisismo y sin embargo, todo el debate alrededor del selfie como nueva tendencia del Social Media, se aleja cuando entran los argumentos superficiales sobre aquella necesidad superflua de los mismos usuarios por mostrarse una y otra vez en las redes sociales.
El asunto en últimas se trata del significado, de la intención y de la causa que se mueve detrás de toda aquella tendencia que se ha viralizado. No es más que la búsqueda de atención, el deseo por revelar lo que “aparentemente soy”, pero que al tiempo puedo ocultar entre efectos y retoques. Si bien el selfie es el resultado de tendencias masivas que se viralizan rápidamente hoy más que nunca, lo que antecede a esta práctica, así como el sexting o el sex selfie, es la nueva ecología de la comunicación que se forma alrededor de todas estas tendencias.
Hay una intención por cualquiera que sea, trivial, profunda, con o sin sentido detrás de cada una de las emociones que envuelven a los usuarios en sus propias redes y círculos sociales. Desde la ira y la frustración que producen eventos como los de Venezuela o Ucrania, hasta la lesión de un jugador de fútbol que trasciende a las primeras planas.
Ya no se trata de comunicar, sino también de conversar. Y en el caso de Twitter, así sucede. Es la construcción de una conversación alrededor de uno o varios intereses que ponen de manifiesto las contradicciones, diferencias o argumentos a favor que polarizan, separan y generan cualquier cantidad de improperios o viceversa. Son las emociones que emergen y salen a flote como burbujas en el universo digital. Todo gira a un “yo”, “nosotros”, “ellos”, interconectados por la participación efusiva, masiva y permanente desde las pantallas líquidas.
En síntesis, se trata de una convergencia digital que encuentra su voz en plataformas 2.0 que además de generar una conversación con el otro, en algunas ocasiones busca traducir aquellos posteos y compartidos en acciones concretas.
Consulte más en 'Redes, viralidad y emociones: banalidad vs profundidad'
Eliana Álvarez Ríos
Directora de contenidos web
Colombia Digital
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