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"Sólo te quiero como un amigo"

Cuando un hombre le está cayendo a una mujer y esta no está interesada, el pobre implicado puede ser el último en darse cuenta de la situación. Sus amigos lo saben, los amigos de ella lo saben, la señora de los tintos lo sabe, menos él. Creo que a todos nos ha pasado. A algunos porque el amor nos ha cegado y no nos deja ver la triste realidad, a otros simplemente porque son unos bobazos de nacimiento y, finalmente, a un pequeño grupo (sí, lástima, aún existen ese tipo de hombres de instintos primitivos) porque están tan “ganosos” que la sangre sólo les circula debajo de la cintura y no piensan bien. Pero también es cierto que en otros casos, las señales que nos envían las mujeres son demasiado sutiles o, incluso peor, ambiguas.

Por eso, niñas, les recomiendo lo siguiente: los hombres somos seres simples (casi unicelulares) y si algo no es obvio, nos cuesta trabajo entenderlo o no hacemos el esfuerzo por entenderlo. Seguramente creen que nos van a hacer daño porque “que cagada con él, es que es tan buena gente” pero termina siendo peor darse cuenta que sólo “nos quieren como un amigo” después de mucho tiempo de estar detrás de ustedes. Así que las exhorto a decirnos la verdad. No hay necesidad de ser crueles o groseras pero el mensaje tiene que ser directo, conciso, al grano, que no dé pie a ningún tipo de confusión. Si el hombre es maduro lo entenderá sin problemas y, en el fondo, agradecerá su sinceridad. Y si no lo entiende, pues de malas para él.

Para mis amigos hombres he elaborado algunos tips, basados en casos reales, que les pueden ayudar a identificar cuando esa niña que tanto les gusta o a la que tantas ganas le tienen, no quiere nada con ustedes:

1. Si le insisten a la mujer para tener cuento y ella les dice: “¿Pero cuántas veces tengo que decirte que NO?”, no se lo tomen literalmente, es una pregunta retórica. Por lo que más quieran, no le digan: “Hey, pero sólo van dos veces que te pregunto”.

2. Están viendo una peli en la cama, en su mente sienten que ese mismo calor que emana de su cuerpo también lo está sufriendo ella, intentan acercarse a de una forma que ustedes creen que es imperceptible, la tienen arrinconada a un lado de la cama y de pronto ella dice: “Esta cama está muy grande como para que estés pegado a mí, ¿no?”. Tengan la certeza de que NO van a coronar.

3. Si conocen a una mujer en una discoteca lo más probable es que terminen pidiéndole el número de celular. Si pasados unos días (NUNCA llamar al día siguiente, a menos que hayan quedado en eso con ella) deciden llamar y les contestan: “Miscelánea Todo en Uno”, por favor no insistan en buscarla en Facebook para enviarle un mensaje y preguntarle por el número de teléfono porque “parece que me lo diste o lo anoté mal”.

4. Si, al contrario, el número es el correcto pero después de unos dos o tres intentos de invitarla a salir siempre reciben alguna excusa, dense por vencidos, hay más niñas para conocer. Algunas excusas típicas son: “hoy no puedo, tengo que levantarme temprano mañana”, “es que estoy súper cansada, dejémoslo para otro día”. Y ni hablar de cuando llaman, timbra dos veces y, de repente, reciben el odioso “Sistema correo de voz”. NO crean que hay mala señal e intenten marcar nuevamente… ¡simplemente les colgaron!

5. Digamos que han logrado salir con la niña varias veces, se comportaron como todo un caballero, las invitaron a comer, a cine, a rumbear pero aún así no reciben ninguna señal de intención de retribución. Tengan cuidado. Se pueden estar aprovechando de usted.

6. Si en medio de la rumba su amiga acepta la invitación a bailar de algún desconocido (o ella es quien saca a bailar al tipo) puede que sí esté interesada en usted. Pero no se ilusione, también está interesada en otros y no podrá adquirir ningún tipo de servicio de exclusividad. Por lo que más quiera, ¡no piense en ella como la madre de sus hijos!

7. Por enésima vez (sí, hay fanáticos de Jean Claude Van Damme que nunca se rinden ni jamás retroceden) le rechazan la invitación a salir “porque hoy no tengo ánimos, estoy depre”. Así que decidí irse con unos amigos a tomarse algo. De pronto la ve, ahí está ella, con su cabellera dorada, con su sonrisa de ángel, con su (el suyo, no el de ella)… “mejor” amigo (que curiosamente ese día no quiso salir con el resto del grupo). No le quepa la menor duda: es momento de buscarse otra oportunidad de conquista y, de paso, evalúe quiénes son sus amigos.

8. Si al preguntarle “¿Bailamos?” le responden “No, gracias, estoy cansada” y acto seguido la ve bailando con otro tipo algo suave y lento como “Fundillo loco” del Joe Arroyo, sígale la corriente a su amigo homosexual y participe del trencito rumbero o únase a la coreografía del Meneito.

9. Si la invitan a salir y les dice de una: “Listo, yo voy con una amiga porque igual me tengo que devolver temprano para mi casa”, todavía está a punto de recapacitar y evitar una pérdida de plata y tiempo.

10. Si de frente le dicen: “Oye, tú me caes súper bien, pero ahorita no quiero tener nada con nadie y además tú eres un súper amigo”, acepte la dura realidad, aproveche que consiguió una amiga que le puede presentar más mujeres. No piense: “bueno, no le sigo echando los perros por ahora, pero cuando vea que ya está preparada para una relación, vuelvo y le digo”.

En términos generales, los hombres solemos cometer el error de creer que lo que nosotros sentimos es lo mismo que está sintiendo la mujer. Esto se acentúa cuando estamos borrachos, cuando tenemos un amigo embalador (el que siempre anda diciendo “marica, pilas, la vieja de al lado te está mirando, sácala a bailar”) o cuando sufrimos, como ya había mencionado, de un estado de cerebro muerto causado por la calentura (no precisamente de la que produce la fiebre). Así que aparte de los 10 tips anteriores, es importante intentar no concebir una realidad que sólo existe en sus cabezas. Olvídense del “uy, estoy seguro que esa vieja está lista, me mandó besito andeneado y todo” (ajá, claro), no le hagan caso al “las viejas están mirando para acá y se nota que están secreteando de nosotros” (claro, por las caras de enfermos y pendejos que deben tener) y mucho menos se hagan el pajazo mental de decir “esa canción era cuando ella y yo estábamos firmes, súper bien” sólo porque fue la única canción que, en un pasado remoto, se atrevieron a bailar con ella.

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