Blogs

Sermón contra la muerte

Escuchaba con atención el Sermón de las siete palabras el Viernes Santo en mi tierra natal; Sermón a cargo de siete sacerdotes, locales y aledaños. Como ellos son conocedores del miedo-pánico social que está sacudiendo a nuestros coterráneos, varios sermones atinaron en la condenación de lo mismo, la cultura de la muerte que viene expandiéndose en esta tierra. Otrora remanso de paz caribeña.

Siendo el Sermón local y por ende dirigido a toda  la población allí reunida, incluyendo a las autoridades gubernamentales presentes en la conmemoración del viacrucis; gobernantes que muy seguramente se sintieron incómodos por la vehemencia de estos sacerdotes que reclamaban contundencia contra la criminalidad.

Yo hago la extensión a todo gobernante creyente de nuestro territorio nacional, que cuenten de alguna manera consultiva y oracional con quienes están liderando las Iglesias cristianas, para que unificadamente con la inteligencia y el pie de fuerza de nuestras Fuerzas Armadas, conjuntamente, se logre justiciar a los autores materiales e intelectuales proveniente de organizaciones criminales y de las bandas delincuenciales del microtráfico.  Mitigando todas las amenazas antisociales que disocian a toda nuestra comunidad.

No obstante la contundencia de la ley. Con justicia social lograr la resocialización de algunos de nuestros jóvenes que se han desviado del camino del bien. Es una de las tareas ineludibles para ir desmembrando el crimen organizado.

A propósito de los sermones contra la muerte; ya no de la intolerancia criminal, sino de la misteriosa repentina muerte natural; la del costeño Gabo, que ha producido controversia política por una tendencia ideológica que manifestó el universal e inmortal escritor, pretendiendo una electa congresista descontextualizar un intransferible mando Bíblico; queriendo usurpar y violar un apostolado  del Evangelio, léase, Mateo 16, 18-19.

La falta de responsabilidad social que hoy pretenden endilgar, vía redes sociales, al universal Gabo; ya que en vida fue el colombiano más influyente, el cual en su pensamiento político dibujó el mapa territorial de la desidia por la opresión gubernamental local y nacional. Ante un sistema económico capitalista cómplice en la deformación Institucional de un Estado fallido en materia de justicia social, aun empeorado, por la corrupción.

Desidia centralista y regional que han truncado hasta esta fecha, el desarrollo socio económico, entre otras regiones costeñas, incluida la tierra natal de Gabo, Aracataca Magdalena. ¡Muerto Gabo! es fallido y tardío el  reclamo  por alguno de sus detractores políticos.

Por esta misma muerte; salen a relucir entre esas letanías que vienen predicando los negociadores de las Farc desde la Habana; que en honra a  la memoria de Gabo, según unos de sus comunicados recientes a su muerte, no cesarán sus esfuerzos en alcanzar el fin del conflicto armado.

¡No es honra! es una obligación histórica contribuir a la pacificación de este pueblo colombiano, pueblo el cual Gabo universalizó con su literato realismo mágico.

El Sermón contra criminales que vienen segándole la vida en esta pesadilla real de este conflicto interno colombiano  masacrando a la población civil ¡siempre será condenable!

Más nuestra alma recuerda el clamor de la muerte misteriosa y vengativa contra el poder opresor de los Egipcios ¡muerte colectivamente anunciada! que ayudó a Moisés a la liberación  del pueblo de Israel de aquel entonces.

Pero respecto al Evangelio del amor que ahora nos conmina predicar; nuestras oraciones de fe, están manifiestas en la reconciliación de TODOS los colombianos. Deseándolo  sin el derramamiento de una gota más de sangre. ¡Dios! Anuncio el benévolo acogimiento a tu  voluntad misericordiosa.

_El Señor me ha dado entendimiento, y yo no me he resistido ni le he vuelto las espaldas. Todas las mañanas me hace estar atento para que escuche dócilmente_  Isaías, Cap. 50.

http://lavozdelcarmen.blogspot.com/
juliodelahoz67@gmail.com

Facebook
Twitter
Messenger
Whatsapp
X
COMO REPORTAR A WASAPEA
1. Agrega a tu celular el número de Wasapea a EL HERALDO: +57 310 438 3838
2. Envía tus reportes, denuncias y opiniones a través de textos, fotografías y videos. Recuerda grabar y fotografiar los hechos horizontalmente.
3. EL HERALDO se encargará de hacer seguimiento a la información para luego publicarla en nuestros sitio web.
4. Recuerda que puedes enviarnos un video selfie relatándonos la situación.