La novia de mi hermano
Esto es así de sencillo: si existe un término que deben aplicar al pie de la letra los políticos de turno que nos imponen cada cuatro años, ese es el de la “probidad”.
¿Que qué es probidad? Pues hombre, le explico. La probidad es un principio que lleva al político a que actúe con rectitud, con integridad; mejor dicho, de manera correcta… ¡Pero la madre!, pareciera que a estos políticos que montan pa’ que jueguen a dirigirnos les dijeran: entre peor actúes, mejor te va.
Mi indignación del mes viene al cuento por razón del contrato 428 de 2013 (ver prueba de contrato), mediante el cual, el gobernador del Magdalena, Luis Miguel Cotes Habeych, otorga 17 millones 500 mil pesos del erario a una estudiante de derecho para que ejecute labores durante 7 meses como “asistente judicial” en la Gobernación.
Como se puede ir imaginando usted, apreciado lector, la persona más pertinente y adecuada para ejecutar dicho contrato no podría ser alguien más alejada, independiente y desinteresada que su cuñada: Cristina María López Vergara, novia de su hermano gemelo, Álvaro Cotes. ¡Así fue!
Hagamos una pausa aquí para contarles que el artículo 1 de la ley 1296 de 2009 dice: los parientes de los gobernadores, diputados, alcaldes y concejales “no podrán ser contratistas del respectivo departamento, distrito o municipio, ni directa, ni indirectamente”.
¡Pero ojo!, no se preocupen, porque si recuerdan, nuestro gobernador es apenas un pelao con novia (la primera dama es su tía), al igual que su hermano gemelo, por lo que esta norma jurídica que, en teoría sería suficiente para desbancar a cualquier político, en el caso del Magdalena queda sin ningún efecto porque es que nuestro dirigente y su hermano no están casados, sino que apenas juegan al papá y la mamá.
¡Pero bueno!, yo no sé si a ustedes, pero a mí me parece doloroso que a los magdalenenses nos vean cara de ímbeciles, mientras que al departamento lo van cortando como a un pastel, y se lo van devorando cual fiesta de cumpleaños, cada uno comiéndose su respectiva tajada.
¡Tantos abogados a los que se les arreglaría la vida por unos cuantos meses, con un trabajo digno y prestando un buen servicio a la comunidad! Pero, en cambio, quien finalmente corona es aquella persona que, al final del día, termina montando la ‘foto familiar’ en el Instagram.
Sigamos así, que como vamos, vamos bien.
P.D. Que los 4 gatos que leen este blog no se sorprendan, pues esta práctica del gobernador es más común de lo que parece. ¿O no se acuerda usted del famoso 039, 039, 039 se la llevó? ¡Pues yo sí! Y por eso cuando me enteré de que Gustavo Osorio Picón era el rey vallenato 2014, no evité la tentación de tomarme una foto con el compadre.
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