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Oda a un amigo

Es cierto que los grupos de mejores amigos se forman, en parte, porque existen afinidades entre ellos (me refiero a los amigos de verdad, no al grupito con el que se va a rumbear). Pero obviamente cada integrante tiene sus características y particularidades y cada uno juega un rol: el intelectualoide que no cree en Dios porque él mismo es su propio Dios, el perro que solo piensa en rumba y viejas (¡que tristeza!), el que cree ser chistoso y se la pasa publicando estupideces en Internet y, por supuesto, al que todos se refieren como “EL PERSONAJE”. Es ese que con sólo con verlo uno se pone a la expectativa sabiendo que, en cualquier momento, alguna excentricidad tendrá lugar. En mi grupo de amigos tenemos ese personaje y para él va dedicado este post. A los lectores, me gustaría invitarlos a hacer un paralelo entre mi amigo y “el personaje” de su propio grupo. Tarea difícil dadas las cualidades tan especiales del susodicho. ¿No me creen? Aquí van:

1. Es un viejito en cuerpo de joven. Bueno, en realidad es un viejito en cuerpo de viejo (ni mi papá tiene una barriga tan grande). Es al único al que se le da, sin importar si está enguayabado, por levantarse a las 6 am todos los domingos, ir en chancletas y sombrero cachacoide/homosexual a cualquier cafetería que encuentre abierta y ponerse a leer el periódico. Ah, y también es el único que escucha radio a las 4 am (o a cualquier otra hora), llama al programa y, cuando le responden, dice: “Mmmmm…. Ehhhh…. Uy no, la verdad sólo llamaba para ver si el programa era de verdad verdad en vivo” y cuelga.

2. Es el más rumbero y su chispa siempre nos emociona a todos. Si no me creen, un viernes por la noche su compañero de apartamento le dijo: “Pilas, arréglate rápido que nos vamos a rumbear” y él, pensativo y con cara de absoluta seriedad, respondió: “No, marica, gracias. Voy a aprovechar que me quedo sólo en el apartamento para arreglar la biblioteca, los cuadernos de la U y le hago el aseo al cuarto”. Y si algún día salen a rumbear con él, no se asusten cuando escuchen una especie de rugido de león: se trata simplemente de que son las diez y media de la noche, ya es demasiado tarde para él y ha empezado a bostezar.

3. Es el más ducho con el uso de la tecnología y siempre procura mantenerse a la vanguardia: 1) hasta hace poco descubrió que con una tecla se podía tomar un pantallazo de lo que aparece en el monitor del computador, 2) nos costó explicarle cómo se hace para adjuntar un archivo en un correo electrónico (sin tener en cuenta lo que sufrimos para explicarle, inicialmente, qué es un correo electrónico), 3) tiene el único BlackBerry en el mundo con virus y 4) cuando salió el último iPhone llegó entusiasmado con la gran noticia de que tenía 4 problemas (en realidad, se trataba de que el iPhone 4 tiene varios problemas).

4. Es bastante perspicaz y su mente extremadamente ágil lo hace una persona cero vulnerable a los intentos de engaños. Una vez compró un PlayStation en la calle por $50.000 (de hace 7 años) y cuando llegó a la casa estaba lleno de una bolsa llena de arena. Lo peor, según él mismo lo cuenta, es que, en el fondo, sabía que no le iba a funcionar y que lo estaban tumbando. En otra ocasión (menos mal sólo ha sido una) un tipo en el bus pregunta en voz alta: “¿Alguien me puede cambiar este billete de $50.000? El señor conductor no tiene vuelto”. Acto seguido, siempre pensando en la solidaridad y en ayudar al más necesitado, se levantó rápidamente para que nadie se le adelantara, sacó su billetera y ofreció 2 billetes de $20.000 y uno de $10.000. Oh sorpresa: el billete de $50.000 era más falso que los informes de desempleo del DANE.

5. Es un hombre de grandes aspiraciones y cada vez que se levanta en la mañana sólo piensa en alcanzar sus dos grandes sueños: 1) ser DJ y 2) ser arbitro de micro fútbol. Por ahora se conforma con ser un exitoso y prestigioso profesional.

6. Su capacidad de conquista con las mujeres es alarmante hasta el punto que al resto de sus amigos nos da miedo dejarlo sólo con nuestras novias y no porque sea capaz de meterse con ellas, sino porque ellas no se pueden resistir a él. En la universidad, echándole los perros a una compañera esta le dice: “Oye, ¿cuántas veces tengo que decirte que no?” y él, inocentemente, sin darse cuenta que se trataba de una pregunta retórica, responde: “!Hey, pero apenas van dos veces!”. A pesar de que todo en él irradia sexualidad (tanta que todas las mujeres se alejan de él cuando lo ven) es capaz de controlar sus más bajos instintos porque, finalmente, es todo un caballero. En una rumba que duró hasta las 5 am y, al ver que no levantó nada de nada, abrazó cariñosamente una columna (sí, una columna, de esas que hacen que el techo no se caiga), le dio un par de besos y empezó a hacerle el amor. Por lo menos fue gentil y caballeroso, ¿ven? Ah y no hay nada más sexi para una mujer que un tipo se le acerque en un bar, le extienda la mano y le diga: “¿bailas, mami?”

7. Es bastante culto y uno de sus pasatiempos preferidos es la lectura (hombre refinado). Cuando Vargas Llosa ganó el Premio Nobel de Literatura escribió en su estatus del Facebook: “¡Por fin! El Premio Nobel a Vargas Llosa… falta Ernesto Sábato”. Al ver la emoción impregnada en esa frase le pregunté qué libros de este autor había leído. ¿Su respuesta?: “Eh, pues, la verdad ninguno. Pero aja, tengo entendido que el tipo es buen escritor”. Esta se la dejo pasar porque el colombiano promedio es así: siempre subiéndose al bus de la victoria en cualquier ocasi(en este caso se trata de un triunfo latinoamericano, ¿no?).

8. Su personalidad es firme: no se deja llevar por “el qué dirán”. En un paseo al Rodadero, después del típico “nademos hasta la boya y de regreso”, empezó a sentir, a pesar de su atlético cuerpo, un poco de cansancio pero prefirió continuar para no pasar pena con las viejas buenas de la orilla. Dos pensamientos cruzaban su mente. Brazada derecha: “me ahogo”, brazada izquierda: “… o pido ayuda”, brazada derecha: “me ahogo”, brazada izquierda: “… o pido ayuda”. Sólo cuando ya sintió que estaba llegando al fondo del mar empezó a gritar como niña mientras el agua se le metía a la boca con cada esfuerzo: “Ayuda… ayuda…. Ayuda”.

9. Es muy refinado con lo que come. Un día llegó a la casa de noche, entró a la cocina y calentó la comida: una suculenta carne asada que acompañó con un delicioso chimichurri (el mejor que ha probado en toda su vida, según sus propias palabras) que encontró en la nevera. Al día siguiente la cocinera le pregunta a todos en la casa desesperada: “¿Alguien ha visto mi crema para cayos? La dejé en la nevera y no la encuentro”.

10. Es un auténtico macho y, en ningún momento y bajo ninguna circunstancia, ha dudado de su sexualidad. Mientras caminaba por la universidad acompañado de dos amigos se encuentra con un profesor del cual se tenía el rumor de que era gay y gustaba de él. Asustado, sin saber qué hacer sólo atina a decirle con voz nerviosa: “Profesor, no es lo que se imagina. Son sólo unos amigos”.

Y un trio de ñapas.

- No le teme a nada. Su compañero de apartamento aprovechó que entró al baño en la madrugada, sin cerrar la puerta, se acercó sigilosamente por la espalda y le tocó el hombro con la mano. ¿Su reacción? No sólo logró detener el chorro (algo que todos los hombres sabemos que es prácticamente imposible) sino que, mientras se imaginaba al mismísimo diablo detrás de él, exclamó con resignación “Ay, Dios mío”. Pero bueno, ¿qué se puede esperar de alguien a quien “se me bajó la presión, dame gasesosa, por favor”, mientras veía la Bruja de Blair 2 y luego tuvo que dormir en el cuarto de su compañero porque estaba petrificado.

- Su comportamiento en sociedad es intachable (parece un lord inglés). En una fiesta en la casa de una niña que gustaba de él (con los 10 puntos anteriores es obvio ver qué era lo que ella veía en él, ¿no?), se fue a dormir (raro en él siendo tan rumbero) en un cuarto del segundo piso porque ya no daba para más. Pero a las 5.30 am, el celador de la cuadra timbró, nos hizo a salir y lo encontramos acostado en la calle, utilizando el andén como almohada.

- Puedes contar con él en cualquier circunstancia. En una de esas trifulcas de borrachos que ocurren de vez en cuando durante la rumba, nuestro grupo se vio enfrentado a otro a punta de empujones, mentadas de madres y frases típicas de “no sabe con quién se está metiendo”. Pero él decidió actuar con extrema valentía, se metió en la trifulca, lanzó un puñetazo y orgulloso manifestó: “Ahí jodí a uno, ahí jodí a uno”. Dos segundos después uno de nosotros empieza a reacomodarse la mandíbula mientras dice: “Sí, gran marica. Jodiste a uno: ¡a mí!”.

NOTA. Aprovecho a decirles a las niñas que si están interesadas en este espécimen tan especial, interesante y semejante partizado, me lo hagan saber con un mensaje y yo les sirvo de celestino. Eso sí, no se demoren porque entenderán que muchas otras estarán detrás de él después de leer este post.

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