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La tecnología como factor de transformación de las ciudades
La sociedad de hoy y sus gobiernos enfrentan el reto de cerrar la brecha digital y acercar a sus habitantes a las bondades de las herramientas que ofrecen las tecnologías de la información y la comunicación. Es importante tener presente que para cumplir con ese objetivo, el mundo es más instrumentalizado, más interconectado, existen alternativas para mejorar la eficiencia y reducir costos pero sobre todo, se ha abierto una oportunidad de pensar y actuar de nuevas formas para beneficiar y prestar mejores servicios a sus ciudadanos.
Es por esto que el 71 por ciento de los gobiernos en aras de mejorar los niveles de competitividad han recurrido a la tecnología como factor generador de transformaciones, partiendo de la integración gobierno-TIC desde sus propios procesos y trámites. Aunque los esfuerzos son reales, es importante tener presente que aproximadamente un 60 por ciento de estos no los utilizan con todo su potencial, lo cual se evidencia en que en raras ocasiones hay una integración real entre los distintos sistemas de información de las entidades (explosión de la información, al no dimensionar la capacidad de datos que se manejan), obligando a los ciudadanos a repetir trámites o a aportar la misma información varias veces. Esta situación además de no ser adecuada para el ciudadano genera importantes costos a los gobiernos, dificulta la agilidad de los organismos, facilita las situaciones de fraude y genera desmotivación e incredulidad frente a los beneficios de la tecnología.
La meta de nuestras ciudades y el compromiso de sus gobiernos deben estar orientados a la consolidación de ciudades inteligentes, donde el objetivo sea la competitividad y la eficiencia, transformando ese paradigma de incapacidad de adaptación a las nuevas dinámicas de la sociedad y al diseño de políticas públicas que se apliquen y cumplan en el entorno de cada una de estas. Pensar en una ‘Ciudad digital’ va mucho más allá de las definiciones existentes, como la que da la Comisión Técnica de la Red Iberoamericana de Ciudades Digitales:
“Aquel ámbito local en el que exista una considerable implantación de la sociedad de la información, tanto en el conjunto de los ciudadanos en su ámbito residencial, de trabajo o en la utilización de servicios públicos, como de las empresas e instituciones en temas tales como la tele-administración, el teletrabajo, tele-formación, tele-medicina, gestión de servicios de uso público, aplicaciones para colectivos con requerimientos especiales, aplicaciones sobre cultura, turismo, aplicaciones de tipo residencial y móvil, producción de contenidos, etc. Donde la administración pública constituye el motor integrador del resto de iniciativas; todo ello basado en redes de alta velocidad y a partir de que una considerable parte de la población está formada en aplicaciones temáticas y en particular en el uso de Internet ”1.
Los líderes innovadores que tienen en su cabeza la concepción de hacer de sus ciudades y municipios sitios inteligentes, deben crear oportunidades a partir de una realidad desafiante: infraestructura de años, presupuestos que decrecen anualmente, poblaciones cambiantes (flotantes), analfabetismo digital, poca apropiación de las TIC y amenazas de crecimiento desbordado, factores que de muchas maneras han influido para que no se avance a la misma velocidad del mundo tecnológico y por ende, no se aproveche y se adapten sus beneficios.
Las ciudades inteligentes son aquellas que crean bienestar y crecimiento sostenible, que manejan y exploran la información existente para tomar mejores decisiones, son las que saben anticiparse a los problemas resolviéndolos proactivamente y las que saben coordinar, apropiar y utilizar los recursos eficientemente aprovechando la tecnología como herramienta dinamizadora de estos procesos. En una ciudad digital, términos como e-gobierno, e-comercio o la banca electrónica son naturales, y los ciudadanos encuentran ’e-servicios‘ seguros, útiles, eficaces, eficientes y convenientes, de tal forma que la misma sociedad demandaría la generación de mayores servicios electrónicos, con lo cual se crearía un círculo virtuoso.
¿Pero cómo se logra esto?
1. Con una visión unificada y estudiada de las necesidades.
2. Consolidación y entrega de servicios incluyentes.
3. Con el diseño de un protocolo de uso.
4. Con la interrelación abierta y clara de ciudadano-gobierno.
5. Con la creación de plataformas de Gobierno 2.0 como espacios abiertos para la interacción de las diferentes instituciones del Estado y los usuarios.
6. Un despliegue constante y efectivo de las TIC que promueva la disminución de la brecha digital.
7. La constante generación de proyectos tecnológicos innovadores, sustentables y rentables que coadyuven al desarrollo económico, social, cultural, político, entre otras cuestiones.
Los ejemplos de ciudades digitales están latentes en Buenos Aires, Medellín, México DF, Curitiba y Sao Paulo en nuestro continente, pero quisiera referenciarles unos casos interesantes:
-Los Olivos (Perú) - primera ciudad digital del país Inca.
-Tuolumne- Condado de California y la digitalización del sector turismo.
- Madrid (España) – Línea Madrid
- New York 311
Así que las ciudades colombianas aún están a tiempo de transformarse…los retos son importantes.
1 GÓMEZ ALAMILLO, Francisco. Las Ciudades Digitales como motor de la Sociedad de la Información: La experiencia de la Red Iberoamericana de Ciudades Digitales. En www.iberomunicipios.org
Álvaro Rodríguez
Asesor
Corporación Colombia Digital
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