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PLEGARIA POR MI TIERRA (ALDEA GRANDE)

Hoy amanecí con el baúl de los recuerdos abierto y evocador, desde el fondo de él comienzan a salir figuras ya ausentes y recuerdos ya vividos, es una sensación extraña de tristeza por lo que se fue e incertidumbre por lo porvenir, especialmente por nuestros hijos, que continúan nuestra proyección biológica.

Después de haber finalizado mí dialogo con el Todo Poderoso y de terminar una novena en honor a su sangre redentora, cierro el libro católico  y enciendo el radio, de pronto irrumpe una fuerte y diafragmática voz que me lleva a seguir rememorando…

Hacía rato no escuchaba la potente voz de Poncho Zuleta, añorando costumbres perdidas, magistralmente  las notas del fuelle de Emilianito le hacen el fondo ideal:

“Se acabaron esas bellas alboradas
ya no existen las noches de luna llena
las campanas de mi pueblo ya no suenan
anunciando que llegó la madrugada

Ya Ni siquiera. Ay ya ni siquiera
pelean los hombres en mi pueblo a las trompadas”

Esas letras me pusieron a reflexionar más sobre los cambios que ha tenido mi Aldea Grande, en cuanto a costumbres perdidas; retrocedo el film de mis recuerdos y como en la “máquina del tiempo” o en la teoría de transportación molecular a través del bombardeo de las estructuras subatómicas, en sentido inverso a la rotación nuclear,  en Caballo de Troya de J.J. Benítez  y aterrizo en la década de los 80s.

Como duele evocar lo perdido… y comienzo a recordar tantas costumbres sanas, agradables vividas en la juventud pretérita y fugaz, como por ejemplo en épocas de vacaciones después que salíamos de una fiesta nos íbamos para el mercado a comer arroz con lisa y bollo de yuca, luego nos marchábamos para nuestras casas sin ningún inconveniente ni inseguridad alguna.

Nos conocíamos casi todos y departíamos hasta altas horas de la noche en la Plaza del Centenario, refiriendo cuentos, impresionando a las chicas apetecibles del momento, o simplemente conversando de cualquier tema con los amigos contemporáneos.

Hoy escucho y observo por la página web de un prestigioso noticiero local que descuartizaron a una persona y la echaron en una bolsa gigante de polietileno, por otra parte se oye la noticia por las emisoras del departamento de la colocación de un artefacto explosivo, el asalto a mano armada de un negocio central, en plena luz del día y con la presencia de todo un personal en pleno tránsito por la carrera 11 (la del templete) una de las más concurridas… y así una cantidad de atracos, robos y desmanes contra la comunidad que desprotegida espera el ataque en cualquier lugar del pueblo.

Sin embargo según comunicado a viva voz, en una emisora local, las autoridades municipales y departamentales dicen que los Indicadores de violencia son muy bajos, que esto es un remanso de paz; yo refuto, como en la novela central de Gabo (refiriéndose a la matanza en las bananeras) que aquí no ha pasado nada, ¡aquí ha pasado de todo!

---- Es responsabilidad de la ciudadanía denunciar, continuaba hablando el comandante de la policía con regaños al periodista, recalcándole al entrevistador en cuanta pregunta le hacía, que para que ellos pudieran actuar necesitaban de la denuncia del pueblo; pero que más denuncias que el clamor general de los habitantes de un lugar, que ni siquiera podemos salir con confianza a las calles, porque corremos el riesgo de ser atracados.

En este añorar de la tranquilidad disfrutada en mi juventud, han transcurrido muchos años y ha nacido una ola de violencia que se ha llevado a innumerables seres queridos, familiares, amigos, conocidos, sin distingo de sexo, clero, situación social o edad,  porque la mayoría han sido personas con un corto calendario y gran parte de ellos se fueron sin tiquete comprado, sin maleta preparada  y lo que es peor sin despedirse…

Es entonces cuando uno siente en carne propia cuando un familiar o un amigo se va, se palpa la ausencia eterna de su materia corpórea , esa indescriptible realidad que te apunta con el dedo índice de la desesperación: no lo volverás a ver más, por lo menos mientras sigamos en este paralelo sideral al que llamamos vida, en ese instante se nos paraliza el alma y la garganta se anuda con lazos de impotencia, ni siquiera un grito lastimero puede emerger de ella, nos sentimos tan frágiles, tan frágiles y desamparados ante tanta violencia, que nos pellizcamos para comprobar que ¡sí está sucediendo en Aldea Grande!

Aquí se rompe el realismo mágico de ese Macondo de paz, armonía, mamagallismo y bacanería, aquí yace la agradable vida de esperar bajo la sombra de un frondoso árbol de mango de azúcar o de otro saturado de almendras gigantes, para que cuando doblaran las campanas de la Iglesia San Juan Bautista, fueran por alguien que muriera de longevidad.

Ya Remedios la Bella no asciende al cielo en su propio encanto metafísico, en su levitación espontánea. Ahora la muerte se viste de indolencia y sicariato, hoy te hacen levantar el vuelo a balas, en una vorágine de ignominia y perdición, ataca como cualquier virus mortal que embiste a cualquier edad, incluido los más jóvenes.

Hoy recuerdo también, con mucho dolor la cantidad de seres queridos que “los hicieron ir” antes de tiempo, casos muy dolorosos como el  de mi primo Omar Antonio Carbonó Barrios, asesinado y torturado en la vía a la Guajira; el tío de mi señora: Armando Jorge Nasra Hasbún,  quien fue asesinado por estrangulación; los hermanos  Paulo César y Juan Carlos  Camargo Fandiño; Papito Fernández de Castro; el mismo “Chiri” Castillo, Bertica Castillo y muchos otros…

Comparto el comentario que me hizo mi primo Guillermo De la Hoz Carbonó en la Columna Cienagueros Presentes, respecto a  un escrito mío como homenaje póstumo a Bertha Cecilia  Castillo Moscarella y el comentaba:

“Todo en homenaje a esta gran amiga, madre, hermana, esposa es válido, nos dolerá siempre su inesperada partida, pero las preguntas que siempre deben flotar en nuestras conciencias, en el aire permanente que respiramos, deberían tener mucho más fondo, nos deberían conmocionar más: ¿Por qué matan y no pasa nada? ¿Dónde quedan las investigaciones y finalmente la justicia? Quienes son los determinadores? ¿Por qué los crímenes u homicidios que ocurren en nuestro espacio nunca se esclarecen?: la señora Henríquez, la señora Franco, el profesor Nasra y tantos otros. Cuando una sociedad siempre elige lo marginal y no lo central, lo adjetivo y no lo sustantivo, se nota la crisis ética, moral, de justicia, la descomposición social... No lo queremos admitir públicamente, pero estamos condenados a cientos de años de soledad. Una sociedad que admite la impunidad es más corrupta que la que tolera o admite el crimen. Paz en su tumba.”

Por eso finalmente quiero terminar este mensaje con una poesía que dediqué a mi Aldea Grande, tierra a la que tanto quiero y con la que titulo este escrito:

PLEGARIA POR MI TIERRA

Oh Dios de Amor vengo a ti otra vez a suplicarte
derrames mucho Amor sobre mi dolido Pueblo,
que la Paz de tu evangelio se desborde
sobre las almas impías que nos acosan.

Tu estas aquí, escuchando mi oración,
estas por siempre en todas partes,
qué bueno es saber que tu amas a Ciénaga,
otrora remanso de cultura, folclor y alegría.

Quiero escuchar a Buitrago sin temores,
bailar la danza del caimán de la Paz en cada esquina,
repasar la letra del himno de Darío
Y sentarme en la puerta a saludar viejos amigos.

Oh Dios de poder mis paisanos te suplican:
que no corten más flores del jardín de nuestras vidas,
que el ocaso de la Violencia cambie
por el radiante Sol de la Vida, de múltiples colores.

Quiero que la semilla de la armonía germine,
que caiga en tierra fértil como ésta,
que los administradores del Jardín se comprometan
A regarla con la responsabilidad moral que les atañe.


Dios los guarde y Dios me guarde: Amén.
 

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